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Reportaje:

La mujer no se sentará a comer

La Cofradía de Llodio, dividida, sigue su tradición y rechaza la exigencia del Ararteko de aplicar la ley de Igualdad

El País

La Cofradía San Roque de Llodio pagó ayer con su división interna -que acarrea la salida de su mayordomo y la junta directiva-, la apuesta por la tradición que impide desde 1599 la presencia de la mujer en su popular almuerzo anual del último domingo de agosto. El lehendakari, Juan José Ibarretxe, cofrade, fue testigo, junto al alcalde de esta localidad alavesa, Juan Carlos Menoyo (PNV) de esta ruptura en el transcurso de una asamblea celebrada ayer en un clima sin tensión. Buena parte de las intervenciones previas al paso por las urnas reclamaron el rechazo al informe del Ararteko que pedía la adaptación de los estatutos de esta Cofradía a la ley de Igualdad.

La mayoría de las opiniones lamentaron que este proceso no responda a "ninguna demanda social" ya que, por ejemplo, las seis mujeres cofrades, presentes en la reunión, "jamás han pedido comer en las mesas". Además, alguno de los asistentes criticó que el Ararteko se haya valido de una denuncia presentada en julio de 2008, y cuya identidad se preserva, para exigir la revisión de los estatutos sin haber reclamado previamente otras opiniones de cofrades contrarios a la iniciativa. Asímismo hubo quien lamentó que "no haya soluciones intermedias entre el sí o el no".

122, a favor; 106, en contra. Se requería el apoyo del 75% de los 234 votantes
Ibarretxe asistió a la asamblea. Dimiten el mayordomo y la junta, a favor del 'sí'

La exigencia de dos tercios de los votos registrados (234 de los 238 asistentes) para sacar adelante la presencia de la mujer en la mesa de los cofradescomprometía en exceso sus opciones. Así, la victoria del voto afirmativo (122) fue exigua, pero suficiente (106, no) para abrir una brecha interna. De momento, el mayordomo de la Cofradía, Juan José Salazar, y su directiva abandonan sus puestos tal y como anunciaron al comienzo de la reunión si la propuesta de igualdad era rechazada.

Con su marcha se acumulan los interrogantes sobre el futuro a corto plazo de esta organización secular ya que al vacío de poder se unirá la pérdida de subvenciones oficiales como consecuencia de contravenir la ley de Igualdad. En el plazo de un mes será convocada una nueva reunión de la Cofradía (415 miembros) para que elijan un nuevo mayordomo o, en su defecto, una gestora.

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La retirada de ayudas puede afectar, de inmediato, a la revista y a la Fundación de la Cofradía ya que los gastos de la tradicional comida de agosto son sufragados por los propios asistentes, a un precio próximo a los 50 euros por persona.

No obstante, la principal preocupación radica en el clima de división que se desprende del resultado de ayer. "En el pueblo no había una demanda, la comida era de hermandad y ahora se han creado dos bandos sólo por un dia de fiesta". Y por si fuera poco, queda por dilucidar si el espacio utilizado para la comida de cofrades, el pórtico de la parroquia de San Pedro, es de titularidad del Obispado o del Ayuntamiento. Si fuera municipal, la Corporación estaría obligada por ley a impedir el uso por parte de aquellas entidades que contravienen la ley de Igualdad.

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