Spray en la buena dirección
Hartos de borrar grafitis, capitales andaluzas como Sevilla, Jaén o Almería han impulsado con diferente resultado iniciativas para canalizar la expresividad de sus autores.
En Jaén y Granada, los gobiernos municipales tienen reservados 300.000 euros de los presupuestos para la limpieza de las pintadas. La ordenanza de limpieza en Granada prevé hasta 15.000 euros de multa por pintar en un edificio dependiendo de su valor patrimonial. "Sólo ha habido tres detenidos en 2008, porque es muy difícil sorprenderles en el acto", aseguran en la Policía Local. Para hacer esta tarea más fácil, en Jaén prevén colocar cámaras de videovigilancia en el centro histórico, una de las zonas más afectadas. Por si esto no vence las ganas de pintar, también quieren instalar paneles blancos en distintas zonas.
La Universidad Popular Municipal jienense tambien está intentando "poner en valor el arte del grafiti y la pintura mural para diferenciarlo de los actos vandálicos", una iniciativa que también ha implantado la facultad de Bellas Artes de la Universidad de Málaga.
Aunque el Ayuntamiento de Sevilla ha puesto en marcha algunas iniciativas para que los artistas del spray tengan sitios en los que exponer sus obras, los dibujos clandestinos siguen suponiendo un quebradero de cabeza para las autoridades. El año pasado emplearon 218.000 euros en borrar 8.999 pintadas. Hay zonas como la Ronda del Tamarguillo, la Alameda de Hércules, el Paseo Juan Carlos I o la parte trasera de la estación Plaza de Armas que son especialmente conflictivas. En Córdoba se emplearon 43.785 euros en 2008 para retirar 4.360 pintadas de sus calles.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.