Un motor de desarrollo

Las sociedades que mejor aguantan las crisis son aquellas que tienen un tejido económico diversificado y de un valor añadido alto. Esta crisis, a diferencia de otras, es una crisis global en la que las empresas que tienen un modelo de negocio basado en la producción tienen, a su vez, un alto riesgo de sucumbir a la competencia exterior donde los costes de producción son más baratos, arrastrando en su caída a otras empresas proveedoras.

El desempleo es el indicador más preciso y dramático de la profundidad de una crisis. En este sentido, todas las iniciativas encaminadas a frenar la destrucción de empleo y a la creación de nuevo tejido empresarial son bienvenidas. El frenar la caída del empleo es una medida paliativa de la crisis pero no es sostenible a largo plazo, por lo tanto, en estos momentos hay, además, que poner a máximo esfuerzo a las locomotoras de la socioeconomía, entre ellas las universidades.

No podemos echar balones fuera diciendo que la culpa es de los demás

La Universidad Politécnica de Valencia (UPV) tiene una larga tradición en la colaboración con empresas y una también larga experiencia en la creación de empresas nuevas como fruto de las iniciativas de investigación desarrolladas en el marco universitario. El programa Ideas, la Ciudad Politécnica de la Innovación, las prácticas en empresas, etcétera. Son iniciativas del brillante pasado que ahora están dando sus frutos. Pero no es suficiente. Debemos reaccionar con imaginación e ir mucho más allá con el objetivo de generar mucho más tejido empresarial. Tejido sostenible basado en la innovación tecnológica y la retención del talento como uno de nuestros mejores activos. Esta acción, de ponerla en marcha hoy, empezará a dar sus frutos progresivamente y tendrá su máximo de resultados dentro de unos años. Por eso son importantes también las medidas paliativas, necesitábamos ganar tiempo, pero no podemos perder tiempo.

Nuestra propuesta consiste en la creación de un ecosistema que incluya a la Universidad Politécnica conjuntamente con un Parque Científico Empresarial anexo. Los objetivos de ambas entidades están muy claros. La universidad pretende la docencia y la investigación, de la mejor calidad y el Parque Científico Empresarial, el funcionamiento en competencia global de empresas de base tecnológica que externalicen la producción donde más convenga y al I+D donde interese. Es obvio que la UPV debe procurar, a través de incentivos hacia las empresas, que la externalización de la I+D desde el Parque Científico Empresarial se realice en la UPV en aquellos temas en los que la universidad tiene un saber y una experiencia reconocidos.

No voy a insistir en que la proximidad física entre la universidad y la empresa que colaboran entre sí es una ventaja competitiva de primer nivel. Existen numerosos informes técnicos que demuestran que esa cercanía es buscada por las empresas, localizándose en el entorno geográfico próximo de las universidades para mejorar su competitividad.

Una de las finalidades que estatutariamente es considerada como objetivo de nuestra Universidad Politécnica (además de los de docencia excelente y la investigación de calidad) es el de implicarse directamente en conseguir la empleabilidad de sus egresados. Sin un tejido empresarial abundante y de calidad en nuestra comunidad autónoma no es posible, por definición, la empleabilidad. Necesitamos que la alta cualificación con la que salen de la Universidad Politécnica nuestros estudiantes tenga justa correspondencia en un tejido socioeconómico que precise de esa cualificación.

Nos estamos jugando el futuro de nuestros hijos y de nuestros nietos. No podemos perder tiempo en la autocomplacencia con falta de visión estratégica y global. No podemos echar balones fuera diciendo que la culpa es de los demás. Nuestros estudiantes, nuestra comunidad y nuestra universidad necesitan que actuemos ya. Juntos podemos.

Elías de los Reyes es catedrático de Comunicaciones en la Universidad Politécnica de Valencia. www.eliasdelosreyes.es.