Lafuente califica los resultados bancarios como una bofetada

El presidente de la Federación Empresarial Metalúrgica Valenciana (Femeval), Vicente Lafuente, presentó ayer una inquietante radiografía del sector metalmecánico, que agrupa a varios subsectores y 4.200 empresas. El sector ha cerrado el año con una caída de las ventas del 51,47%, ha perdido 6.500 trabajadores (-5%) y su producción disminuyó un 10,28%.

En el marco de ese deterioro de la actividad y las ventas, Lafuente aseguró que cualquier empresa es inviable. Criticó que, a diferencia de la destrucción de empleo, nadie hable de "la mortandad de las empresas", siendo que la que cierra "difícilmente vuelve a abrir". El presidente de Femeval disparó la alarma y solicitó a las Administraciones apoyo para evitar que el desempleo "se pueda disparar exponencialmente", a la vez que las instó a eliminar gastos superfluos.

"Algunos planes interanuales se presentan ahora como anticrisis"

Respecto a los planes impulsados por las Administraciones, criticó que algunos que eran interanuales se presenten ahora como anticrisis. Y citó expresamente el de ayuda al automóvil.

Lafuente habló de la necesidad de financiación, aunque previno a los empresarios de que recurrir a ella sin tener demanda podría convertirse en un arma de doble filo. Criticó la restricción crediticia de las entidades financieras, incluso sugirió que el Gobierno podría incluso intervenir alguna de ellas. "Cada presentación de resultados es una bofetada a las empresas y a los parados", aseguró. Lafuente exigió que dejen de penalizar a las empresas por el hecho de pertenecer al sector de la construcción, apeló a su responsabilidad con la sociedad y denunció la asfixia a que están sometiendo a las empresas por dar "en cuentagotas" los créditos del ICO y el IVF.

En el plano de la reforma de las relaciones laborales, planteó la necesidad de abaratar el empleo, es decir "las cargas que penalizan el empleo, no los salarios", y compensar las cuotas de la Seguridad Social con una subida del IVA. También reclamó la supresión de la cotización de la Seguridad Social de las empresas sujetas a expedientes de regulación de empleo (ERE), y exigió flexibilidad para los convenios colectivos, ya que "son más rígidos que la economía". En ese sentido, Femeval propugna abandonar las fórmulas tradicionales de negociación salarial, porque incrementan los costes de las empresas "sin contribuir a mejorar la competitividad".