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Tribuna:Laboratorio de ideas
Tribuna
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Por qué crece la población activa

Los datos del mercado laboral, además de poner de manifiesto el deterioro rápido e intenso del empleo, nos muestran un crecimiento del paro superior a la destrucción de empleos, lo que merece una reflexión. Son muchas las veces que se confunden ambos conceptos y creo que es importante aclarar y explicar el comportamiento de las diferentes variables para entender las diferentes causas que intervienen en su comportamiento.

El indicador más significativo para explicar la situación del mercado laboral es el de población ocupada, concepto que no siempre coincide con el de empleos y que refleja las personas que ocupan al menos un empleo (en estudios sociológicos del mercado laboral hay que tener en cuenta el pluriempleo). Para hablar de destrucción de empleos se comparan las cifras de ocupados de diferentes trimestres, ya sea de un trimestre respecto al anterior o en términos anuales, es decir, en un periodo de cuatro trimestres. Según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), la población ocupada ya se redujo en el cuarto trimestre de 2008 a 19,85 millones de personas, bajando de los famosos 20 millones y con una destrucción de 489.600 empleos sobre el trimestre anterior y de 620.100 en los cuatro trimestres del año 2008.

Dos colectivos explican por sí solos el fenómeno: los inmigrantes y las mujeres

Para analizar el paro es necesario estudiar antes la evolución de la población activa, que según la definición internacional la componen las personas que estando en condiciones de trabajar quieren hacerlo y buscan trabajo. En España la edad legal para poder trabajar son los 16 años, mientras que en el resto de la UE son 15 años. La edad de jubilación es optativa, por eso la población activa agrupa a los mayores 16 años (38,35 millones), pero sólo a aquellos que quieren trabajar y buscan trabajo, 23,06 millones en el último trimestre. Por lo tanto, la cifra de inactivos que no pueden trabajar o no buscan trabajo es de 15,29 millones, cifra que aumentará a medida que envejezca la población.

Lo que está sucediendo durante los últimos trimestres, en contra de lo esperado en muchas previsiones, es que la población activa continúa aumentando a un ritmo intenso, hecho sobre el que conviene hacer algunas reflexiones. En el último trimestre de 2008 aumentó en 119.600 personas y en el año completo en 660.200, con una tasa de crecimiento del 2,95% y cuando ya la actividad económica está en tasas negativas. Existen dos colectivos que explican por sí solos este crecimiento de la población activa: los inmigrantes y las mujeres.

Aunque sorprende que el colectivo de inmigrantes como fuerza de trabajo continúe creciendo en una situación de crisis y de aumento del paro, hay que tener en cuenta que estos colectivos preparan sus planes de emigración en el largo plazo, tardan en enterarse de la situación real en el país de destino e incluso conociéndolo las condiciones son mejores que en sus países de origen. Con los datos del último trimestre, la población extranjera con más de 16 años era de 4,74 millones, de los que el 77,3% se declaran activos, con un aumento de 371.200 en el año. De este colectivo, 600.000 perdieron el empleo y 371.700 pasaron a engrosar las cifras del paro. Estos datos muestran las dificultades por las que pasan en estos momentos, y eso a pesar de que las mujeres inmigrantes mantienen en su mayoría sus puestos de trabajo en el servicio doméstico y la atención a los mayores. Es reveladora la comparación entre las tasas de empleo de las ecuatorianas y las colombianas (71.6% y 63,6%, respectivamente) frente a la de las españolas (41,6%).

El colectivo de mujeres en su conjunto, españolas y extranjeras, mantienen con más facilidad su trabajo. En el último año las activas han aumentado en 507.100 como consecuencia del efecto del llamado empleo adicional. Está sociológicamente estudiado que en momentos bajos del ciclo, cuando disminuye el empleo y aumenta el paro, algunas personas (en su mayoría mujeres) que no buscaban empleo lo hacen para corregir la mala situación de las familias por la pérdida de empleo de alguno de sus miembros. Así, aunque el número de ocupadas no ha disminuido -es decir, no se ha destruido empleo femenino- sí que ha aumentado el número de mujeres paradas en 470.700 en el año.

Por lo tanto, cuando se analiza la evolución del paro, que, según la EPA, aumentó en 1.280.300 personas en el año, es un error decir que es equivalente a la destrucción de empleo. Hay que tener en cuenta los dos factores: el aumento de la población activa (660.200) y la destrucción de empleo (620.100). Sin embargo, sí es cierto que la explicación del aumento del paro en el último trimestre está más del lado de la destrucción de empleo que del aumento de la población activa.

Para hacer previsiones de la evolución del paro, además de tener en cuenta las propias previsiones de crecimiento de la actividad económica en los diferentes sectores, es necesario hacer hipótesis sobre la posible evolución de la inmigración, que con los datos del padrón continúa aportando un saldo (entradas menos salidas) positivo elevado, aunque menos intenso que el de trimestres anteriores. Por eso no es de extrañar que las previsiones de las instituciones, los analistas y el Gobierno puedan mostrar diferencias significativas.

Pero lo que nadie duda es que durante 2009 el paro seguirá aumentando mientras no se estabilicen los mercados financieros y bursátiles, se normalice el crédito y vuelva la confianza a todos los agentes sociales. El empleo será probablemente la última variable de la recuperación. El primer indicador que puede aliviar la situación financiera de las familias será que deje de destruirse empleo y se inicie el crecimiento de la población ocupada.

Carmen Alcaide es economista y ex presidente del Instituto Nacional de Estadística (INE).

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