La Asociación del Golf apuesta por desvincular los campos del ladrillo
Las instalaciones deportivas pueden ayudar a desestacionalizar el turismo
Campos de golf y construcción eran hasta ahora un matrimonio bien avenido pero también muy criticado por la gran cantidad de agua que consume esta fórmula en una región como la valenciana, que sufre un déficit estructural. Un estudio elaborado el año pasado por la Universidad de Alicante, de hecho, aseguraba que las urbanizaciones con campos de golf consumen cinco veces más agua que una tradicional. Ahora, junto al freno que la crisis de la construcción supone para esta actividad, las voces que apuestan por un modelo distinto son cada vez más y se escuchan más alto. "Hay que desligar la idea del golf y la promoción inmobiliaria", defiende Rafael Martínez, presidente de la recién creada Asociación de Campos de Golf de la Provincia de Valencia y profesional del sector.
El Consell ha autorizado cinco nuevos proyectos en el último año
Martínez participó el viernes en la presentación en la feria de turismo de Madrid (Fitur) de esta asociación que aglutina a ocho campos de golf de la provincia de Valencia, el 80% de los existentes. Valencia era la única de las tres provincias valencianas donde estas instalaciones no estaban asociadas. El presidente del colectivo defiende abiertamente que debe desvincularse la construcción de los campos de golf. "Es hora de considerar que los campos de golf no están asociados al pelotazo inmobiliario". Y pese a que la necesidad de rentabilizar la instalación deportiva con viviendas es uno de los argumentos usados para justificar el aumento de esta fórmula mixta, Martínez cree que los campos pueden ser rentables mediante economías de escala. Y asegura que autonomías como Andalucía y Murcia han buscado en el golf el fomento del deporte, y no la rentabilidad inmobiliaria, para desestacionalizar el turismo. Apuesta por seguir esa dirección.
En la provincia de Valencia, menciona, el último campo de golf inaugurado (hace unos años) y los dos en proyecto están desvinculados de viviendas. Y la crisis de la construcción, asegura, está parando los proyectos con viviendas asociados. O al menos las viviendas. Martínez vincula el fuerte consumo de agua a las casas y no al campo de golf. El también director del Club de Golf El Bosque impulsa un nuevo proyecto en Carcaixent, en una zona en la que ahora sólo hay naranjos. "Hemos pedido el cambio de uso del agua y el campo gastará una tercera parte del agua que precisaban los naranjos", defiende.
Pese a esta evolución en Valencia, los cinco campos de golf autorizados en la Comunidad Valenciana entre noviembre de 2007 y enero de este año están vinculados a viviendas, según la Consejería de Medio Ambiente. De los campos autorizados, uno está en la provincia de Valencia (Vertix 21), dos en la de Alicante (Pego Golf y Dolores) y otros tantos en la de Castellón (Sant Jordi Golf y La Carrasca).
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