La feria de turismo abandona el ladrillo y vuelve al 'sol y playa'

En apenas dos años, la oferta turística que exhibe la Comunidad Valenciana en la feria de turismo de Madrid (Fitur) ha dado un giro copernicano. El sol y playa, el producto de interior y la oferta complementaria de los distintos destinos vuelven a tener un protagonismo que languideció hace un par de ediciones a golpe de planes urbanísticos.

La crisis de la construcción y la recesión general han hecho desaparecer del pabellón 5 de Fitur, donde se concentra la oferta valenciana, las maquetas de proyectos urbanísticos, con la única excepción del puesto de Torreblanca, donde se presenta un campo de golf con resort. La tendencia se empezó a detectar el año pasado, pero en esta edición se visualiza claramente. Incluso Marina d'Or, que en 2008 contaba con un amplio expositor propio donde destacaba sus promociones en el extranjero, este año no está presente. El golf es el único resquicio que aún pervive en algunas imágenes y en la oferta de eventos de los años del boom urbanístico, aunque no aparece ligado a grandes urbanizaciones.

El sector hotelero teme caídas de ocupación de hasta dos dígitos

El golf es el único resquicio que pervive a la crisis inmobiliaria

Otro gran ausente es Terra Mítica, que ha dejado de ser el pilar de la promoción turística que fue en el pasado para diluirse en el espacio de Benidorm. Su testigo lo han tomado los grandes eventos impulsados con vehemencia por el Consell de Francisco Camps en los últimos años, y que en esta edición de Fitur tienen, si cabe, una presencia aún más destacada. El circuito de Fórmula 1 o la Copa del América reinan desde ayer en el centro del pabellón valenciano junto a un amplio despliegue de proyectos públicos como el Centro de Congresos de Alicante o el Centro de Convenciones de Castellón.

La política de grandes eventos, además, se ha contagiado a algún municipio y Benidorm exhibe este año el trofeo de la Copa Davis como anticipo de la eliminatoria que albergará la ciudad el 3 y 4 de marzo entre España y Serbia.

Fitur abrió ayer sus puertas con menos animación que otras ediciones. La crisis se refleja en la asistencia de público, en las dimensiones de los stands, entre otros aspectos. El sector turístico ha vivido un final del año 2008 con cifras muy negativas e inicia el actual con mucha incertidumbre por la recesión en la que está inmersa Reino Unido, el principal cliente extranjero, y por el efecto que la crisis de la economía española pueda tener en la llegada del cliente nacional, el gran mercado.

Los mensajes públicos tratan de transmitir confianza. Pero, fuera de micro, fuentes del sector hotelero apuntan a caídas de ocupación este año que podrían ser incluso de dos dígitos. El sector, en cualquier caso, insiste en que en 2009 habrá más fondos para la promoción que nunca (el Consell ha anunciado 35 millones más para el turismo) y por ello confía en aprovechar el mínimo viento a favor.

La jornada de ayer arrancó con la presencia de los príncipes de Asturias, que asistieron a una representación de la cabalgata de los Reyes de Alcoi. Tras la visita real, los políticos se fueron distribuyendo por los stands.

Las presentaciones se solaparon. Ocurrió así con la presentación de la oferta de Valencia que realizó a media tarde el presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus. Acto que coincidió en el tiempo con la rueda de prensa de su homólogo en Castellón, Carlos Fabra, para asegurar que el aeropuerto de la provincia estará concluido "en pocas semanas". También visitaron el recinto el líder de los socialistas valencianos, Jorge Alarte, y el ministro de Sanidad, Bernat Soria.