La marroquinería de Ubrique pierde 40 empresas en el último semestre de 2008
La crisis yugula la industria de la piel en Ubrique (Cádiz). La caída del consumo, la morosidad de los clientes y el cierre del grifo crediticio que mantienen los bancos están asfixiando el epicentro del sector de la marroquinería del país.
En el pueblo hay malos augurios. En el segundo semestre de 2008 unas 40 empresas curtidoras han cerrado, 326 personas se han quedado en el paro y la tasa de desempleo, de 17.170 habitantes, alcanza ya el 27%.
La crisis está mermando la actividad sin tregua. En los últimos seis meses, el 25% de las firmas inscritas en la Asociación Andaluza de Empresas de la Piel (Empiel) se han dado de baja.
Tiene una explicación. El secretario de la organización, Rafael Fatou, afirma que una representación destacada de las aproximadamente 350 empresas de la piel asentadas en Ubrique está en situación "muy crítica". Las firmas reducen sus gastos y responsabilidades de pago para tratar de aguantar el temporal sin cerrar negocios que acumulan tres siglos de historia.
Desde Comisiones Obreras claman que se está destruyendo empleo "de manera alarmante". El alcalde, Javier Cabezas (PA), poco tiene que ofrecer.
A la ralentización de la marroquinería se le suman los efectos del parón de la construcción. Según Cabezas, la mayoría de los que se mudaron a la Costa del Sol para trabajar en el ladrillo han vuelto al pueblo.
Buscan vivir al amparo de la piel, pero el negocio del que depende económicamente el 65% de la población ubriqueña está en horas bajas. Según datos facilitados por la Cámara de Comercio de Cádiz, la facturación en 2008 ha caído en picado. Las pérdidas fluctúan entre el 10% y el 50%, aunque, según Fatou, hay casos en los que el negocio se ha contraído en hasta un 80%.
Aunque la crisis es internacional, el mercado extranjero da más satisfacciones que el nacional. Especialmente los países nórdicos y arábigos. Los marroquineros de Ubrique, sirven a Calvin Klein, Chistian Dior, Lacroix, Prada y Tiffany.
En palabras del sector, la preocupación es "tremenda". Muy pocos quieren estar en estos tiempos en la piel del empresario.
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