Redoblan los tambores donostiarras

Cuando el reloj marque hoy la medianoche, la Marcha de San Sebastián compuesta por Raimundo Sarriegi (1838-1913) inundará la ciudad al ritmo de los tambores y los barriles. Comenzarán así 24 horas de fiesta para celebrar una vez más el día más grande de la capital guipuzcoana. El pistoletazo de salida oficial lo dará, como siempre, Gaztelubide, que a sus 76 años es una de las siete sociedades gastronómicas donostiarras que superan el medio siglo de vida, en la Plaza de la Constitución, donde protagonizará la izada de la bandera txuri urdin. Y, por cuarto año consecutivo, lo hará con aguadoras entre sus filas tocando los barriles junto a los hombres.

A partir de ese momento, el retumbar de tambores y barriles se hará dueño de casi todos los barrios de San Sebastián. Incluida Gaztelubide, este año desfilarán por la ciudad 105 tamborradas de adultos. La mayoría de ellas (86) son mixtas. Sólo una es exclusivamente femenina y otras 18 se mantienen masculinas, razón por la que el Ayuntamiento les ha retirado para este año la subvención en virtud de la ley vasca de Igualdad. De una u otra forma, hasta 12.133 hombres y mujeres llenarán las calles de la ciudad en la fiesta de su patrón con la música de Sarriegi y el colorido de sus trajes.

El director de la Donosti Cup, Iñigo Olaizola, recogerá el Tambor de Oro Los internautas podrán seguir la 'Marcha' en la 'web' municipal

El tambor mayor de Gaztelubide, Juan Mari Abad, cede este año el bastón de mando a José Ramón Mendizabal. Por este motivo, la Unión Artesana, la sociedad más antigua de la ciudad -se remonta a 1870-, rendirá homenaje a Abad. Sobre las tres de la madrugada, le entregará una vara de mando con un puño de plata traída desde Inglaterra en la puerta de Gaztelubide, una vez que la tamborrada de esta sociedad complete su recorrido y se retire.

La Unión Artesana, también como siempre, y también con aguadoras entre sus filas, pondrá en la medianoche de mañana el broche final a la fiesta en el mismo sitio en que arrancó: la Plaza de la Constitución. Suya será la música con que se arriará la bandera donostiarra, acto que da por finalizada oficialmente la fiesta. Sin embargo, esta vez se alargará. La sociedad decana de San Sebastián aprovechará la ocasión para rendir homenaje a la Real Sociedad, que este año cumple su primer centenario. La enseña del club tomará el relevo a la de la capital guipuzcoana. Bajo la dirección de un par de jugadores realistas, la tamborrada de la Unión Artesana interpretará el Txuri Urdin.

Entre la izada y la arriada de la bandera se celebrará uno de los actos más coloristas de estas 24 horas festivas: la tamborrada infantil. A mediodía de mañana, 52 compañías de 45 centros escolares deberán estar perfectamente formadas en Alderdi Eder, junto al Ayuntamiento. Sus 4.705 integrantes -2.472 niñas y 2.233 niños- recorrerán las calles del centro de la ciudad ante la atenta mirada de sus familiares y de los miles de ciudadanos que se congregan en las aceras.

Esta misma tarde (19.00) se celebrará en el salón de Plenos del Ayuntamiento otro acto fijo en la fiesta donostiarra: la entrega de las medallas al mérito ciudadano, que han recaído esta vez en el organista Esteban Elizondo, la Asociación de Amigos del Camino de Santiago, el Club Deportivo Bera Bera, el club de ajedrez Xake y el organizador de los Caldereros del barrio de Gros, José Antonio Antero. En ese mismo escenario, mañana, a las 12.30, recibirá el Tambor de Oro de la ciudad Iñigo Olaizola, director de la Donosti Cup, un torneo infantil de fútbol en el que participan equipos de buena parte del mundo.

No hay excusa para no tocar la Marcha de San Sebastián. Por segundo año consecutivo, el Ayuntamiento facilitará la participación en la fiesta gracias a Internet, a través de la web municipal (www.donostia.org). Todos aquellos ciudadanos que lo deseen podrán acompañar las notas del maestro Sarriegi pulsando sobre los iconos con el lema "tocar el tambor" o "tocar los palillos". Y, como otra muestra más de la intención del consistorio de convertir la fiesta en una cita lo más igualitaria posible, el internauta podrá optar por convertirse virtualmente en tamborrera o tamborrero.