Trampas mortales contra la ola de frío

Que haga frío en invierno no es ninguna rareza. Sin embargo, cuando los termómetros bajan más de lo habitual, la cifra de accidentes, dentro y fuera de casa, se dispara en la Comunidad Valenciana. En poco más de un mes, 13 personas han muerto en incendios originados en sus hogares, como el matrimonio de 86 y 87 años que falleció el pasado día 11 en Benidorm o un niño de 6 años en Ador. La mayoría de las víctimas son personas mayores, con recursos económicos limitados y con instalaciones eléctricas o aparatos que no están en buen estado.

La dureza de las temperaturas ha sido especialmente importante este año. "A más frío, más consumo de energía y por lo tanto, más incendios. Este invierno ha sido peor que los anteriores", explica un portavoz del Consorcio Provincial de Bomberos de Valencia.

La mayoría de las víctimas son personas mayores, con pocos recursos

El primer siniestro, en el que murió un anciano de 86 años en Crevillent, coincidió con la primera bajada fuerte de las temperaturas, que empujó a la Cruz Roja valenciana a adelantar su campaña Ola de frío. Hace tres años que se puso en marcha este programa de ayuda a uno de los colectivos más sensibles, el de las personas mayores. Funciona mediante visitas a domicilio, en las que se chequean los aparatos eléctricos y se asegura que las personas están bien, y con llamadas telefónicas diarias.

Ana Gómez, portavoz de la entidad, afirma que desde la última semana han tenido que reforzar los equipos de asistencia ya que 300 voluntarios atienden a más de 1.416 personas -548 en Alicante, 365 en Castellón y 503 en Valencia- de las cuales el 80% son mujeres. Según Gómez, el trabajo que están llevando a cabo las personas que colaboran con la Cruz Roja "es muy importante" porque en muchos casos, aunque las personas a las que atienden tienen familia, viven solos.

Pero, ¿por qué el grupo vulnerable siempre es el mismo? "No hay ningún tipo de estudio que lo avale, pero normalmente son los mayores y los más humildes los que sufren estos accidentes domésticos, porque suelen acumular muchos trastos fácilmente inflamables", explican los bomberos del consorcio.

Sin tener en cuenta el número de grados que haga en el exterior, son varios los factores que desencadenan el fuego. Según Luis Arias, responsable del laboratorio de seguridad eléctrica del Instituto de Tecnología Eléctrica (ITE) las causas principales son tres el envejecimiento de las instalaciones -que en muchos casos supera los 30 años de antigüedad-, los aparatos eléctricos que carecen del certificado de garantía de la Unión Europea, conocido como la marca CE, y la habitual práctica de ignorar las instrucciones del electrodoméstico en cuestión.

Además, suma otras dos causas: la falta de cultura de frío en una zona geográfica como ésta y la inmediatez con la que actúa la gente cuando bajan las temperaturas, es decir, "apañarnos con lo primero que tenemos".

"No nos paramos a comprobar si por ejemplo la estufa que tenemos está en buen estado; y si somos capaces de arreglarla nosotros mismos, si no lo está", añade.

De momento es demasiado pronto para evaluar los resultados de la campaña de prevención de la Cruz Roja, que acaba el 15 de marzo, pero comparándola con los datos del año pasado, el número de personas que ha reclamado estos servicios para prevenir accidentes causados, sobre todo, por los equipos de calefacción, ha aumentado en un 26,18%.