El Consejo de las Artes buscará una sede 'independiente' del Gobierno

Que actúen "con libertad e independencia", que eviten cualquier intromisión en su labor y que no se preocupen, que él mismo se comprometía a no interferir. Eso es lo que el presidente José Montilla comunicó ayer a los 11 miembros que han de formar el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes y a los que recibió en el Palau de la Generalitat. Pero si algo tenían claro los miembros de la candidatura (que el miércoles debe ser ratificada en el Parlament) es precisamente su independencia. Tanto que los consejeros pidieron ya una sede "representativa y digna del proyecto" y por tanto, a poder ser, independiente, para no estar en un departamento del Gobierno, una manera de visualizar su soberanía.

La reunión con el presidente, de más de hora y media, vino precedida de un encuentro previo entre los miembros del consejo, formado por el arquitecto y diseñador Juli Capella, el escritor Jordi Coca, el traductor Manel Forcano, la coleccionista y galerista Chantal Grande, el abogado Francesc Guardans i Cambó, la actriz Sílvia Munt, la gestora cultural Marta Oliveres, la crítica de arte Pilar Parcerisas, la cineasta Rosa Vergés y el intelectual y ex director de Promoción Cultural de la Generalitat, Xavier Bru de Sala. Amén de conocerse algunos de ellos, hubo consenso en esquivar toda influencia política y en mostrar una política de máxima transparencia en la gestión y una mínima burocracia. La ausencia de representantes del mundo musical fue analizada por los consejeros, que piensan cubrir el vacío con su voluntad multidisciplinar.

La polémica musical no fue abordada durante el encuentro con Montilla, en el que intervinieron cada uno de los miembros, si bien el primero en hacerlo fue Bru de Sala, que además se sentó a la izquierda del presidente, asumiendo así tácitamente tanto él como el resto del consejo su futuro papel de presidente del mismo.

El hecho de que los candidatos no hayan sido ratificados por el Parlament hizo que tampoco se abordaran temas más prácticos, como los nombramientos de la presidencia y las dos vicepresidencias (únicas funciones que serán de dedicación exclusiva) ni la mecánica de funcionamiento. Para ello será indispensable la aprobación del reglamento interno del organismo, que el consejero de Cultura, Joan Manuel Tresserras, también presente en la reunión, fechó para la segunda semana de febrero. La Generalitat prevé que el acto de toma de posesión de los consejeros se celebre a finales de este mismo mes.

Montilla pidió también a los presentes que trabajaran para ser "un referente de prestigio internacional". Y es que la creación del consejo tiene una fuerte carga simbólica: es el primer organismo de estas características del Sur de Europa y, claro, de España.