Consumo prohíbe la venta de los zapatos irritantes
Bloqueados los productos impregnados de dimetilfumarato
El Ministerio de Sanidad y Consumo ha iniciado un procedimiento para prohibir la comercialización de calzado, sillones y cualquier artículo que por su uso pueda estar en contacto con la piel "que contenga dimetilfumarato", un producto utilizado como fungicida. La medida ha sido adoptada como consecuencia de la detección en España de varios casos de aparición de eccemas -irritación de la piel- por contacto derivados de la utilización de esta sustancia como fungicida en calzado importado de China.
El inicio del procedimiento está avalado también por notificaciones de posible riesgo para la salud y seguridad de consumidores en Francia, Suecia y Polonia. Estos países, así como España, han emitido alertas sobre sillones y calzado que contenían la citada sustancia. El dimetilfumarato, según ha comprobado el ministerio "se envasa en bolsitas y se inserta en los brazos, asientos o espuma de los sillones y en los envases de los zapatos". Su acción alergénica depende de la rapidez y la cantidad que puede salir de la bolsita e impregne el cuero del sofá, de la silla, del calzado o de cualquier otro producto que pueda estar en contacto con la piel. De hecho, según se señala desde el Instituto Nacional del Consumo, "la utilización de esta sustancia como fungicida está prohibida".
Ha habido alertas sanitarias también en Francia, Suecia y Polonia
En octubre y noviembre se detectaron cinco casos de irritaciones
El dimetilfumarato "debe ser considerado como nocivo por vía dérmica, irritante para la piel y con riesgo de lesiones oculares graves", añade el Ministerio de Sanidad en su exposición de motivos.
La Asociación Española de Componentes para el Calzado, que representa a las empresas nacionales dedicadas a la fabricación de las partes que componen el zapato y que comunicó a Efe la medida tomada por Sanidad, mostró ayer su satisfacción por la decisión adoptada por el departamento que dirige Bernat Soria. Además, exigió a las distintas administraciones que vigilen la entrada de calzado y componentes producidos fuera de España "con el fin de que se cumplan las mismas normativas de seguridad, higiene en el trabajo, medio ambiente y calidad que tienen que cumplir las empresas españolas".
Por ello, esta patronal ha defendido la producción de calzado y componentes en España, así como la potenciación de la marca Made in Spain, como sello de calidad, garantía sanitaria y respeto al medio ambiente.
El Instituto Nacional del Consumo notificó el pasado 18 de diciembre a las comunidades autónomas la posible relación de la marca de calzado Amelia Zaragoza, fabricada en China e importada a España, con reacciones alérgicas cutáneas. Esta comunicación estuvo originada en la detección entre los pasados meses de octubre y noviembre de cinco casos de reacciones alérgicas asociadas al fungicida utilizado.
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