Cadena de fallos
El ordenador Packard Bell de Javier siempre dio problemas. En septiembre, tras un "pantalla azul", fue imposible arrancarlo. Como tiene un contrato PB Care con derecho a "servicio in situ más asistencia en software", llamó al servicio. Al leer el contenido de la pantalla azul, le dijeron que debían cambiar la memoria RAM. Llegó un operario con una que no correspondía; regresaron con la correcta, pero como el PC tenía dos memorias RAM, tampoco se solucionó. Eso sí, "dejó escrito a PB que el siguiente trajera 'placa base, fuente y memoria sin sustituir para comprobar el funcionamiento", explica Javier. El tercer técnico acudió con todos los componentes excepto la fuente y se marchó sin resolver nada y recomendando por escrito al siguiente que la llevara con un disco duro. El cuarto y último operario decidió cambiar el disco duro. Como se llevaba el defectuoso, Javier exigió que se lo formateara para eliminar la información personal. "'No entra en el contrato', nos dijo. 'Llévelo a formatear y ya le llamaremos para cambiar el disco duro'. En diciembre Javier seguía "sin noticias".
La compañía asegura: "Hemos intentado localizar a los clientes para acordar la cita. Al no poder contactar, les hemos dejado un mensaje en el buzón". La avería "es técnicamente compleja. El técnico llevará todas las piezas para asegurar que la reparación se realice correctamente. Hemos tenido demora en la recepción de algunos componentes, aunque una parte sustancial del retraso se ha producido por el requerimiento del cliente sobre la información del disco duro averiado. No obstante, deberíamos haber intentado contactar antes para informarle, lo que corregiremos en futuros casos. Las piezas están disponibles en el servicio técnico, por lo que podemos reparar el ordenador tan pronto como establezcamos contacto con los clientes". Un mes después, Javier tuvo, por fin, su ordenador arreglado.
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