Los frescos del siglo XXI
Si los posters fueron los cuadros hippies, los vinilos y las pinturas murales con plantilla amenazan con convertirse en los frescos del siglo XXI. Económica, resistente y, sobre todo, con vuelta atrás, esta nueva tendencia decorativa ofrece una vacuna contra el horror vacui. Para quienes buscan lo último, los vinilos sólo requieren destreza y cierta decisión a la hora de pegar los adhesivos a la pared. Para los nostálgicos que quieren ponerse al día, Bruguer ha lanzado Decowalls: siluetas decorativas para pintar grandes paredes siguiendo instrucciones y con plantilla en mano. La idea es singularizar (personalizar dicen ellos) un producto industrial eligiendo un color o una combinación exclusivos. La mezcla de producto en serie con el "hágaselo usted mismo" de nuestros días, abre una puerta a la autodecoración que incita al graffiti doméstico.
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