Ibarretxe critica a los jueces que le sentaron en el banquillo

El lehendakari, Juan José Ibarretxe, pareció ayer quitarse la espina que llevaba clavada por el "impulso político" de la causa que ayer quedó archivada y por la "clara politización de la justicia". Rodeado por su Ejecutivo, y tras una reunión extraordinaria del consejo de Gobierno en Vitoria, compareció ante los medios para defender, en una declaración institucional, que nadie en el futuro "vuelva a criminalizar el diálogo político".

Y en un tono que sonó desafiante censuró a los magistrados de la Sala Civil y Penal que abrieron e instruyeron la causa. "Hacemos una crítica profunda al presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco y a quienes le han acompañado en este despropósito antijurídico y antidemocrático". En relación con el presidente, Fernando Ruiz Piñeiro, dejó claro que no criticaba ni su labor como juez ni las decisiones judiciales adoptadas. Pero recalcó que, como máximo representante del poder judicial en Euskadi, "deben exigírsele responsabilidades ante la crisis que ha generado, crisis que sigue abierta y pendiente".

La declaración ahondará sin duda la ya pésima relación entre la cúpula judicial vasca y el Ejecutivo autónomo. Fuentes judiciales interpretaron estas palabras como un "mensaje claro" al Consejo del Poder Judicial para que "no se le ocurra" mantener en el cargo a Ruiz Piñeiro, cuya plaza debe ser renovada a partir de febrero. Ibarretxe, como su abogado, no ocultó su "preocupación" por lo que pueda resolver el Supremo cuando le llegue la causa, dado el precedente del caso Atutxa. Y pidió que el alto tribunal entre en fondo del caso para que nunca se vuelva a "criminalizar el diálogo político".

Se da la circunstancia de que la propuesta de archivo de la causa partió del ponente del tribunal, el magistrado Antón Subinas, que fue nombrado miembro de la Sala Civil y Penal del Superior vasco en julio de 2007 dentro de una terna propuesta por el PNV.