El regreso a casa tras la tormenta
Varias líneas de autobuses de largo recorrido suspenden los viajes - Los interurbanos funcionaron bien por la tarde
La nevada, los atascos y las dificultades para moverse por Madrid hacían presagiar una dura vuelta a casa con problemas similares a los que se habían producido por la mañana. Pero el regreso fue más fácil de lo que se pensaba. Algunas empresas permitieron salir un poco antes a sus trabajadores, sobre todo a los que vivían más lejos y algunos empleados, los menos, decidieron aparcar el coche y moverse en metro.
Por la noche, la capital había conseguido librarse de su congestión y se circulaba normalmente. Pero la previsión de que las carreteras estuvieran heladas durante la madrugada llevó a los responsables de distintas empresas de autobuses de largo recorrido a cancelar todos los viajes nocturnos. En la estación Sur se quedaron en el dique los autocares con destino a Cuenca y la Comunidad Valenciana. En el intercambiador de Avenida de América una decena de usuarios recibía la mala noticia en las pantallas que anunciaban las salidas a destinos como Barcelona, Zaragoza, Irún o San Sebastián. Todos los autobuses estaban parados y las salidas se anunciaban para hoy por la mañana, a partir de las seis. Así que algunos viajeros se quedaron en el intercambiador para pasar una noche de frío en el vestíbulo.
Metro dejó abiertas las paradas de la línea 8 al aeropuerto toda la noche
Jatimder Sing, un electricista indio que había venido a Madrid desde Barcelona para tramitar papeles en su embajada, se la encontró cerrada. "Y luego me quedo aquí por la nieve. Va a ser una noche dura. Mucha mala suerte".
El problema estaba en los autobuses de largo recorrido, pero en los interurbanos todo marchaba según lo previsto. Aunque por la mañana los viajes hacia algunas localidades de la Comunidad habían estado suspendidos. A partir de las tres de la tarde los autobuses reanudaron la marcha y los responsables del intercambiador no preveían problemas. "Lo gordo ha sido por la mañana. Ahora todo va bien y los conductores dicen que las carreteras están limpias, sin problemas", aseguró un responsable sobre las 20.30.
Las carreteras de la región también quedaron despejadas a partir de las ocho de la tarde. El paisaje en algunos tramos de la M-40 o la de Colmenar era desolador. Coches abandonados bajo los puentes, remolcados por las grúas, muñecos de nieve deformados en los arcenes y operarios lanzando sal. Un escenario tranquilo, pero en el que todo el mundo se desenvolvía con lentitud, precaución y a la espera de las posibles heladas que podrían producirse durante la madrugada. Metro abrió toda la noche las dos paradas del aeropuerto de la línea 8 y la de Nuevos Ministerios.
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