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Interior planea abrir un centro para presos en tercer grado en Guipúzcoa

El Ministerio del Interior está buscando un terreno en Guipúzcoa para construir un Centro de Inserción Social con 100 celdas, que se destinará a aquellos reclusos que estén cumpliendo penas en tercer grado y que, por tanto, sólo acudirían a él a dormir. Este nuevo centro complementará la cárcel que se va a levantar en el barrio de Zubieta, en San Sebastián, que sustituirá a la obsoleta prisión de Martutene en 2012, según las previsiones del Gobierno central.

La Junta de Portavoces del Ayuntamiento donostiarra remitió el pasado noviembre una declaración institucional a la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, en la que le pedía una política "progresista y humana" que "dé prioridad a la reinserción". El consistorio se brindó a colaborar "en la medida de sus posibilidades" en el desarrollo de "un modelo que promueva otras medidas no privativas de libertad".

En su escrito, la Junta de Portavoces recordó a Interior las pésimas condiciones en las que se halla la prisión abierta en 1948 en el barrio donostiarra de Martutene. Por eso, reclamó que la nueva cárcel ofrezca unas condiciones que "respeten la dignidad de las personas" y no supere las 504 plazas, aproximadamente el doble de las que tiene la actual.

Línea de colaboración

La secretaria general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, ha respondido con una carta en la que asegura que la nueva cárcel tendrá "504 celdas funcionales". Informa, además, de que el ministerio está tratando de obtener suelo para construir el citado Centro de Inserción Social. El alcalde donostiarra, Odón Elorza, aseguró ayer que Interior no se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento para ver si tiene terrenos disponibles. "No se excluye San Sebastián, pero en principio su intención es que esté en otro municipio, porque nosotros ya asumimos la cárcel". Agregó que supone que el nuevo centro para reclusos en tercer grado abriría más o menos al mismo tiempo que la prisión de Zubieta.

Gallizo propone además al Ayuntamiento una línea de colaboración que podría concretarse en un convenio para mejorar la atención a los reclusos y ex presos. Plantea, por ejemplo, cumplimientos alternativos para toxicómanos y derivar a recursos asistenciales extra penitenciarios a internos con graves problemas psiquiátricos. Sugiere al consistorio que integre a la cárcel en los circuitos culturales que se desarrollen en el exterior y se consideren apropiados. Y de cara a los ex reclusos, apuesta por programas de apoyo residencial para aquellos que carecen de vínculos familiares.

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