'Botellón'
Que algunos jóvenes encuentren en el comienzo de las fiestas navideñas la excusa para hacer un botellón, me parece una pésima costumbre. Que estos jóvenes no encuentren ninguna actividad de ocio más placentera que organizar botellones, demuestra lo desnortados que andan y la poca imaginación que tienen para divertirse.
Que esos botellones dejen el espacio público donde se realizan como un estercolero lleno de plásticos, vasos, botellas, vomitonas y meadas, me parece un acto incívico, salvaje y bochornoso.
Que estos jóvenes sean mayoritariamente universitarios, y el espacio público donde se realizan dichos botellones sean los jardines de la universidad y alrededores -en el caso de Valladolid-, me parece un insulto a los docentes y a la Universidad misma por lo que representa como institución sagrada dedicada a impartir cultura.
Que alguien, al contemplar estas celebraciones etílicas, saque la conclusión -errónea, por supuesto- de que la Universidad embrutece y aborrega, en lugar de enseñar, cultivar y educar, no debería escandalizar a nadie.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.