Los restos del naufragio
En mayo de 1982 Félix de Azúa publicó en este periódico un famoso artículo titulado 'Barcelona es el Titanic' en el que advertía del hundimiento de la cultura cosmopolita de la capital catalana. En esos años en Madrid se estaba intentando sacar pecho cultural y artístico a través de la movida musical y de un cierto resurgimiento de la pintura, fenómenos que se airearon como genuinos productos autóctonos de la capital. Cuando ahora se analizan las aportaciones artísticas y culturales que han surgido en Madrid durante los últimos 25 años se puede asegurar que la ciudad que realmente ha naufragado no ha sido precisamente Barcelona.
Parece ser que la Comunidad de Madrid intenta realizar una serie de exposiciones a través de las cuales mostrar cómo ha sido la actividad artística desde la época de los años ochenta. Esta iniciativa comienza con una muestra dedicada a la obra de Juan Ugalde (Bilbao, 1958), pintor que inició su andadura profesional en la galería Buades en 1984. Ugalde es el típico producto madrileño de aquellos años: irreverente, ecléctico, trasnochador, ocurrente y desinhibido. Su obra fue acogida con júbilo desde el principio ya que destilaba una fuerza y una frescura que procedían de un feroz rechazo a cualquier tipo de convención o norma académica.
Juan Ugalde. Viaje a lo desconocido
Sala de Exposiciones Alcalá 31
Alcalá, 31. Madrid
Hasta el 11 de enero
Alberto Datas
Galería Nieves Fernández
Monte Esquinza, 25. Madrid
Hasta el 24 de enero
Ugalde es el típico producto madrileño de aquellos años: irreverente, ecléctico, trasnochador, ocurrente y desinhibido
Con singular desparpajo, en la obra de Ugalde se refleja el mundo de los objetos cotidianos y de las imágenes de los cómics, de procedencia pop, que aparecen mezclados con grandes brochazos gestuales, propios de la abstracción expresionista, conformando unas superficies plásticas sin orden jerárquico en las que las figuras que las pueblan no guardan ninguna relación de escala o contigüidad. Antes de concluir los años ochenta ya está sirviéndose de fotografías, postales y papeles pintados que embute en la materia pictórica, para pasar, poco después, a realizar él mismo fotografías en blanco y negro que traspasa al lienzo como materia pictórica. Alguna de estas fotografías, por su carácter cotidiano y por alardear de cierta sordidez, posee un ambiguo carácter de denuncia social.
Sí, sin duda, la pintura de Juan Ugalde representa una manera de hacer arte que puede ser propia de Madrid, lo que queda sorprendentemente corroborado con otra exposición que, simultánea pero independientemente, muestra las últimas obras de Alberto Datas (A Coruña, 1935-Madrid, 2007), pintor perteneciente a una generación anterior y que, al contrario que Ugalde, llevó una apacible vida académica, jalonada de premios y becas, que culminó con la obtención de una cátedra de pintura en la Facultad de Bellas Artes. Este pintor, que desarrolló toda su carrera en Madrid desde 1956, se fue liberando paulatinamente de los corsés académicos, pasando de una figuración expresionista, de pinceladas cada vez más deshechas, en los años ochenta, hacia una abstracción gestual de trazos enérgicos. De manera bastante lógica en la evolución de su obra, sobre la superficie de sus cuadros van apareciendo fragmentos de fotografías y de dibujos, a la vez que utiliza páginas de periódicos como fondo, desarrollando una especie de collages, más o menos entrópicos, en los que recurre a combinar elementos cotidianos.
Los cuadros que ahora se muestran, los últimos que pintó Alberto Datas, poseen una cierta semejanza formal con los de Ugalde. Ambos artistas comparten las mismas técnicas de collage, el mismo tipo de pincelada suelta y parecidos recursos compositivos, lo que origina entre ellos un aire de familia. A pesar de que parten de presupuestos radicalmente opuestos, ambos han conseguido destilar una "forma de pintar" que parece haber cobrado sentido en Madrid y que nos puede servir de guía para recuperar los restos del naufragio cultural. -
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.