Franco Zeffirelli cuenta cómo fue su primera vez
"Soy homosexual, pero no gay, es una palabra que odio"
El director de cine y de ópera italiano Franco Zeffirelli, de 85 años, ha añadido algunos detalles inéditos de su vida sexual durante una entrevista con el diario Libero. Su primera vez con un hombre fue con un campesino, durante la II Guerra Mundial, cuando se encontraba atrincherado con los partisanos en las montañas de Florencia. "Era un campesinote, se llamaba Vieri, y estaba escondido en aquellos bosques. Dormimos en una noche gélida envueltos en una manta dentro de una cueva", ha contado Zeffirelli.
"Fue una experiencia bonita, porque éramos tan jóvenes...", añade el cineasta. "Nos pegamos el uno al otro, mientras el peligro nos rodeaba por todas partes. Alrededor estaban los alemanes, que nos habrían colgado si nos hubieran descubierto".
Zeffirelli había comenzado a percibir su homosexualidad antes de aquel encuentro, a los 14 o 15 años. Su primer amor se llamaba Carmelo Bordon. "Era mi compañero de clase en el Liceo Artístico. Estábamos enamorados sin saberlo. O no queríamos admitirlo". Los dos se encontraron años después. "Él me recomendó a su hijo", recuerda Zeffirelli, "que luego se convirtió en un escenógrafo famoso. Me dijo: 'Espero que contigo él tenga más suerte que yo, visto que entre nosotros nunca ocurrió nada'. Tuve una adolescencia bastante escasa de sexo".
El director de Romeo y Julieta desveló hace un par de años que vivió un gran amor con Luchino Visconti. Fue en su Autobiografía, donde también contó que de niño fue acosado sexualmente por un fraile y que Aristóteles Onassis se le insinuó para intentar estropear su amistad con María Callas, la única mujer de la que estuvo enamorado y a la que dedicó una película.
Zeffirelli nació el 12 de febrero de 1923, en Florencia, y en el lugar de su partida de nacimiento correspondiente al padre dice "NN", es decir, desconocido. En sus memorias, el director de cine recordaba que sólo reconoció públicamente su homosexualidad tras cumplir los setenta. Fue en la ciudad estadounidense de San Francisco donde admitió que había tenido experiencias con hombres. "Soy homosexual, pero no gay, es una palabra que odio, es ofensiva y obscena", dijo en el libro.
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