Rusia reabre la guerra del gas en Europa
El cierre del grifo a Ucrania pone en riesgo el suministro a la UE
Rusia decidió ayer interrumpir en pleno invierno el envío de gas a Ucrania por falta de pago y, aunque el Kremlin ha prometido que Europa no sufrirá un recorte en el suministro, Bruselas tiene pocos o ningún motivo para fiarse. Hace tres años, también en invierno, Moscú cortó por vez primera el gas a Ucrania y aseguró que la medida no afectaría a la UE, pero varios países de la Unión sufrieron escasez. Moscú y Kiev se acusaron en aquella crisis de boicotear el paso del gas a Centroeuropa. El 80% del gas que Rusia vende a la UE pasa por territorio ucranio y el otro 20% se transporta por Bielorrusia. Desde Bruselas se seguía ayer el conflicto con enorme preocupación. Ningún país miembro se había quejado anoche de un bajón en la provisión de gas ruso, pero los efectos pueden tardar 36 horas en notarse, si Ucrania opta por quedarse con gas destinado a la UE, como ocurrió hace tres años.
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