_
_
_
_
Crónica:LA CRÓNICA
Crónica
Texto informativo con interpretación

'Nit endins'

Era invierno del 2003 cuando el joven José Alonso Martínez, Pep, que entonces tenía 21 años de edad, entró a trabajar al Museu Arxiu de Vilassar de Dalt. Su única labor era abrir el museo y encender el fuego donde los abuelos del pueblo llegaban cada tarde para calentarse las manos mientras miraban el pesebre y conversaban unos con otros. Al calor de la hoguera, los mayores compartían de manera espontánea sus experiencias de vida e, irremediablemente, recordaban la Guerra Civil, historias que Pep escuchaba entre murmullos, hasta que un buen día se sentó junto a ellos para atender lo que contaban. A partir de ahí, comenzó su interés por aquella guerra de la que entendía poco y que, según observa, aún cala entre los habitantes de su pueblo, donde algunos señalan en voz baja: "El abuelo de ése mató al abuelo de aquél". La siguiente ocasión en que Pep debía prender el fuego, encendió también una pequeña grabadora con la que recuperó testimonios de más de una quincena de habitantes de Vilassar de Dalt, personas mayores que hablaron desde el bando en que les tocó vivir los sucesos, y dos años más tarde recurrió al vídeo para dar forma, junto con la documentalista Anna Sanmartí, al documental Nit endins (Noche adentro). "Estamos cansados de interpretaciones históricas y datos cronológicos que no explican por qué se mataron unos a otros. Por eso sólo quisimos recuperar experiencias personales para tener una perspectiva amplia", cuenta Pep.

Al calor de la hoguera, los mayores compartían sus experiencias de vida y recordaban la Guerra Civil

Tocaron muchas puertas, como la casa de las hermanas Gil, ahora octogenarias, quienes recordaron el temor que sentían cuando vieron quemar las iglesias o aquella mañana de enero de 1938 cuando se llevaron al prometido de una de ellas y a otros cinco jóvenes de la Federació de Joves Cristians de Catalunya para luchar en el frente de Teruel, y los mataron cuando alguien los denunció por formar parte del movimiento. "Nosotras recibimos a Franco como un libertador y respiramos porque habíamos sido perseguidos sin motivo", narran. En cambio, Lidia Gomis, hija del anarquista Bonaventura Gomis Bartra, quien fue alcalde de Vilassar de Dalt por la CNT, describe cómo el franquismo le arrebató a su padre: "Lo fusilaron en 1940 cuando yo tenía tres años y muchas veces me sentí discriminada. Un día en la escuela me escogieron precisamente a mí para cantar un himno fascista delante de las autoridades que fusilaron a mi padre".

Pep y Anna leyeron las cartas de un padre de familia que antes de ser fusilado por los nacionales escribe a su esposa en castellano, porque no le estaba permitido hacerlo en catalán: "¿Recuerdas las horas felices?...". Visitaron al cura Ramon Mor, de la parroquia de San Ginés, que les cuenta que durante el primer franquismo muchos del pueblo levantaban el brazo con el saludo fascista: "Ahora todos lo niegan, pero hay fotos. ¡Ya pueden decir lo que quieran que yo los he visto a todos!".

Así, estos jóvenes han intentado recuperar pedazos de las dos memorias, "porque de esta manera podremos asimilar la historia; el gran error es mirar el pasado desde la izquierda o la derecha, según el momento en que te tocó nacer", dicen con la satisfacción de haber terminado el montaje de esta pieza visual que contó con el apoyo de Memorial Democràtic. "Cuando empezamos a rodar, la gente no callaba, tenían mucha necesidad de hablar", cuenta Anna, que capturó con su cámara a Lidia Gomis confesando las pesadillas que le perseguían de niña desde que visitó a su padre en la Modelo, antes de ser fusilado; imágenes que recordaba a manera de un sueño, hasta que, años después, un compañero de celda de su padre le hizo saber que eran reales.

Quizá por eso, Pep y Anna se lanzaron a buscar respuestas. "No deseamos vivir entre sueños que nos persiguen", afirman.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_