EL PAÍS llega de nuevo a todos sus puntos de venta

EL PAÍS llegó también ayer con normalidad a su cita con los lectores. El periódico, tras la segunda jornada de huelga, convocada para el sábado, imprimió más de 800.000 ejemplares, los habituales en su edición del domingo en España, resto de Europa y América Latina. La distribución del diario se realizó como estaba previsto en sus casi 30.000 puntos de venta. En el reparto de los ejemplares se registraron algunos incidentes, producto de las acciones de varios piquetes que intentaron impedir, sin éxito, que el periódico llegara a los quioscos.

En el centro de impresión de Burgos, un piquete cortó durante varias horas en la noche del sábado y la madrugada del domingo la salida de las furgonetas de reparto. Finalmente, éstas pudieron iniciar su ruta con protección de la Policía Nacional. El mismo piquete siguió a las furgonetas, que llevaban ejemplares hacia Madrid. Los huelguistas lograron interceptar alguno de los vehículos y unos 5.000 periódicos fueron quemados. Todos ellos fueron repuestos.

En la sede central de la empresa de distribución Gelesa, en Madrid, también se vivieron momentos de tensión con un piquete que requirieron presencia policial. En Barcelona los piquetes interceptaron algún transporte con varios miles de ejemplares, que también fueron repuestos.

Edición única

Debido a la huelga, de dos días de duración, EL PAÍS publicó ayer domingo una única edición, sin cuadernillos de información local y con la programación de las cadenas generalistas de televisión. Los suplementos Domingo y Negocios fueron producidos y distribuidos con el resto del periódico.

El paro es respuesta a la decisión adoptada el pasado 18 de diciembre por el Consejo de Administración de EL PAÍS, SL, de transferir a 57 empleados de Publicidad a Box News Publicidad, sociedad perteneciente al 100% al Grupo PRISA (empresa editora de EL PAÍS). La plantilla transferida mantiene la totalidad de sus actuales condiciones laborales (contrato, salario, antigüedad, jornada, horario...). La medida no supone ninguna pérdida de puestos de trabajo.

El objetivo, según la dirección de la empresa, es "optimizar" la gestión en un momento de graves crisis del mercado publicitario. EL PAÍS ha sufrido una caída en los ingresos de publicidad superior al 20% durante el presente ejercicio. El Comité de Empresa considera que esta "segregación" es el "principio del intento de desmantelamiento de EL PAÍS".