El talento de dos generaciones

Todo empezó en un jardín, en una casa en El Vedat, hace doce años. Unos veinteañeros escuchaban Radio 3, la fuente de información para quienes buscan sonidos distintos y alternativas musicales. De repente, entre los pinos, sonó Van Morrison, una canción de Julio Bustamante incluida en su discolibro Las horas (1996).

"Al principio nos entró la risa al escucharla, pero poco a poco nos fue encantando y al final nos enamoró", explica Xema Fuertes, que entonces daba sus primeros pasos con un grupo de rock conocido hoy como Ciudadano. Con él estaban, en el grupo y en el jardín, Jorge Pérez y Caio Bellveser. Y Bustamante, todo un referente de la canción valenciana de los últimos treinta años, flotando en las ondas.

'Vivir para creer' es un disco acústico donde la voz juega un papel esencial

El pasado marzo, los mismos nombres coincidían en la misma casa de El Vedat pero esta vez no era casualidad. Julio y los tres miembros de Ciudadano quedaban para ensayar juntos. Y nació Maderita. "Al principio", explica Julio, "nos conocíamos del barrio, luego escuché cosas de Ciudadano y me pareció una música muy currada, que no se integraba en un estilo concreto. Me vi reflejado en su manera de trabajar, música sin prejuicios que dejaba muchos espacios abiertos". La fascinación funcionó en ambas direcciones. "Un día Julio vino a un ensayo de Ciudadano y nos ayudó a terminar un tema que estaba atascado", cuenta Caio. Enseguida ambas partes intuyeron que podrían hacer algo juntos.

Maderita es el fruto de esa combinación de talentos. Lo forma la suma de las tres quintas partes de Ciudadano y Julio Bustamante. Un experimento intergeneracional que se concreta en unas canciones sencillas, delicadas, que con los mínimos elementos transmiten mucho. "Al principio pensamos en hacer una colaboración entre Julio y Ciudadano, pero cuando nos juntamos vimos que el resultado no se parecía ni a una cosa ni a otra", recuerda Jorge.

Fueron trabajando poco a poco, "ligeros", dice Julio, a pesar de pertenecer a mundos tan diferentes. Y es que uno de los atractivos y quizá también de los secretos de Maderita es ese encuentro entre dos maneras de ver la música. Ciudadano es un grupo que genera capas de sonidos eléctricos. Bustamante es un cantautor que se atreve a explorar diversas posibilidades (uno de los temas de Maderita, Atención encandilada tiene un texto suyo creado a partir de varios poemas del valenciano Carlos Marzal) pero que siempre ha abogado por la sencillez y la naturalidad.

"Nosotros somos muy densos", asegura Caio, "y nos cuesta mucho soltarnos. Entonces llega Julio, que es arrollador y te desinhibes, te dejas llevar".

El sosiego que desprende el proceso de trabajo de Maderita se refleja en las canciones del cuarteto, piezas acústicas donde las voces desempeñan un papel muy importante y todo lo que no es esencial, sobra. Una calma que también dejó su impronta en el título de lo que será el primer álbum del grupo, Vivir para creer.

En breve empezarán a ofrecer el disco a discográficas pero los malos tiempos que vive la industria y la crisis no les asustan. Tienen claro que éste es un proyecto de ilusión y aprendizaje. "Julio tiene una intuición tremenda y una forma de ver la vida que te contagia", dice Jorge, "es paradójico que haya sido él, que es mayor que nosotros, el que nos ha aportado vitalidad. Nosotros siempre le damos muchas vueltas a todo, él va a lo inmediato". "A mí también me ha venido bien salir de mi rollo", apunta Julio, "me gusta descubrirme haciendo canciones ajenas".

En su myspace (www.myspace.com/maderitasiempreflota) ellos mismos se cuelgan la etiqueta estilística del folk. "De lo que se trata", apunta Xema, "es de volver a las raíces, siempre desde una óptica pop". Y Bustamante remata: "La verdad de las canciones se revela cuando las tocas en un formato acústico, desnudo. Si no funcionan así..."

A medida que se van dando a conocer por el ciberespacio, van ganando adeptos. Músicos como Refree o el ex Surfin' Bichos Joaquín Pascual han mostrado su deseo de colaborar en el disco.

"Esto es de lo mejor que me ha pasado nunca", dice Julio, "a nivel humano y creativo esto es la bomba, lo pasamos muy bien haciendo música juntos". Y ese es quizá el principio físico por el cual, como reza el lema del grupo, Maderita siempre flota.