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La policía descarta la pista islamista en París

Antonio Jiménez Barca

El ministro de Defensa francés, Hervé Morin, fue claro ayer al asegurar que la pista islamista "no es la primera" en la investigación sobre la dinamita encontrada el martes en los servicios de los grandes almacenes Printemps, en pleno corazón de París. El desconocido grupo que avisó mediante una carta remitida a la agencia France Presse de la colocación de los explosivos dice llamarse Frente Revolucionario Afgano (FRA), pero no aparece en ninguno de los archivos de grupúsculos islamistas.

No sólo el Gobierno arruga la nariz con desconfianza. Varios expertos en terrorismo yihadista, tras analizar con lupa el contenido y el continente de la carta, aseguraban ayer en varios medios de comunicación franceses que el camino a seguir por la policía no pasaba por el islamismo. Ni las palabras ni el tono recordaban a los comunicados reivindicativos de grupos relacionados con Al Qaeda. Uno de estos expertos, Enric Denecé, aseguraba ayer en Le Parisien que las expresiones utilizadas le recordaban más a las formaciones marxistas que a las islamistas.

No era el único. Otra especialista, Anne Guiudecilli, añadía que la particular descripción del lugar de la bomba ("en el tercer piso, en la cisterna, en el primer lavabo según se entra...") era un poco chocante: "Normalmente, un atentado se hace para que salga. Aquí parece que se quiere todo lo contrario, que fracase".

"Desmontar la tapa de una cisterna para poner la dinamita no es muy profesional", precisaba un tercer experto. Otro explicaba que reservar tres líneas de la carta -que contenía una decena- a la localización de las bombas "parece un poco ridículo". Con todo, la ministra del Interior, Michèlle Alliot-Marie, aseguró que la investigación avanza "rápidamente", pero no quiso concretar nada más.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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