Caja Laboral frena su expansión forzada por las quiebras de Urazca y Lehman
La firma promoverá 447 pisos para recuperar la deuda de la constructora
Caja Laboral, la cooperativa de crédito del Grupo Mondragón, anunció ayer que piensa frenar el proceso de expansión que había previsto hasta 2011 después de un ejercicio en el que todas sus previsiones se han visto afectadas por la crisis financiera estadounidense y por la del ladrillo en España. Las quiebras de las constructoras Ereaga, primero, y Urazca, después, a las que la caja había prestado en conjunto más de 110 millones de euros, dieron el primer susto. La bancarrota de Lehman Brothers hizo saltar después todas las alarmas, al atrapar a la Laboral con 162 millones en bonos invertidos en la entidad estadounidense, según comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en septiembre pasado.
"No habrá cierre de sucursales, aunque sí ajustes en el modelo"
"El plan de expansión requiere una reflexión importante y será uno de los aspectos que vamos a revisar", recalcó ayer el director general de la caja, Elías Atutxa. "No habrá cierre de sucursales, pero sí ajustes en el modelo de negocio", recalcó, tras explicar que se ha acabado el ciclo de crecimiento basado en el negocio inmobiliario. La entidad seguirá manteniendo una fuerte presencia en Castilla y León o Aragón, pero prevé modificaciones "en Asturias y Madrid".
La cooperativa de crédito tenía previsto acreditar en 2008 unos beneficios brutos similares a los del año precedente: 208,9 millones de euros. Sin embargo, las sucesivas quiebras han obligado a la entidad a hacer dotaciones extraordinarias para cubrir riesgos y a aumentar los fondos para insolvencias.
Aunque Caja Laboral quiso lanzar un mensaje de confianza a sus clientes, dotó 40,7 millones de euros para cubrir riesgos hasta mediados de año. En julio tuvo que dotar otros 38,4 millones por la crisis inmobiliaria y su resultado semestral se quedó en 78,2 millones. Gran parte de la dotación (20 millones de euros) se debió al concurso de acreedores (antigua suspensión de pagos) de Urazca, donde la Laboral tiene atrapados créditos por 73 millones.
Atutxa reconoció que la quiebra de Lehman Brothers supone "el lunar" que hay que afrontar, si bien resaltó que no ha afectado directamente a ninguno de sus clientes. Ante ese panorama, confirmó que los resultados "descenderán respecto del año pasado", pero la entidad seguirá registrando beneficios porque el negocio de intermediación es muy positivo.
Caja Laboral ha logrado minimizar las pérdidas en el caso del grupo Urazca. La constructora declaró el pasado 8 de mayo la mayor suspensión de pagos de la historia de Euskadi, con un pasivo de 450 millones.
La cooperativa de crédito se va a convertir ahora en promotora inmobiliaria tras negociar con los administradores concursales salir del concurso de acreedores a cambio de hacerse cargo de la promoción de viviendas de Etxebarri que ya financiaba. Urazca gana con la operación, al restar 73 millones de su pasivo, y la Laboral asume el riesgo de la promoción, pero evita la parte de la deuda que iba a perder en función de la quita que se pactase -el porcentaje de deuda que han de perdonar los acreedores-. La caja va a lograr mejorar algo sus resultados al recuperar también los 20 millones de euros que tuvo que dotar para el fondo de insolvencia al entrar Urazca en concurso.
Para ese fin, Caja Laboral ha creado la sociedad Ardelean y pactado con el Ayuntamiento de Etxebarri hacerse cargo de la promoción con cambios sustanciales sobre el proyecto original que pasa de 410 viviendas a 447. El número de pisos protegidos se eleva de 82 a 95, se incluyen 184 de precio tasado municipal y de las 328 libres del anterior proyecto sólo quedan 168.
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