El legado de un innovador

Maurits Hendriks, el técnico que desde 2002 agitó al olimpismo español con su energía contagiosa y sus ideas innovadoras, anunció el miércoles pasado que dejará su cargo de seleccionador masculino de hockey hierba para firmar el único contrato que le podía arrancar del banquillo. A partir de ahora, Hendriks (Ámsterdam, 1961) ostentará el cargo de director técnico del Comité Olímpico Holandés. Dado que en Holanda no existe la figura del CSD, el puesto convierte a Hendriks en el máximo responsable de los aspectos deportivos y administrativos del equipo olímpico de su país con vistas a Londres 2012.

"En los siete años que he trabajado en España como seleccionador me he sentido tan confortable como si estuviera en una bañera de agua caliente", dijo Hendriks. Hijo de un marino mercante, criado entre puertos y barcos, el hombre mezcló los rasgos pragmáticos de su cultura con la vocación aventurera. Su trabajo al frente de la selección se convirtió en un laboratorio en el que puso en práctica sus ocurrencias. "Hice cosas raras para abrir la mentalidad de los jugadores", recordó. "¡Estudien inglés!", les decía. "Así entenderéis cuando los australianos os insulten en el campo, y les podréis responder algo más fuerte. Demostrarán que están fuertes y con confianza".

Desde un principio, Hendriks admiró la capacidad de los españoles para cultivar a los individuos creativos en el marco de los deportes de equipo. "A España sólo le faltaba abrirse al mundo", decía. "Ahora que sus futbolistas y sus jugadores de baloncesto y hockey se han marchado al extranjero, ha comenzado una nueva era. Aquí hay un talento único en el mundo para los deportes de equipo. Pero no está suficientemente aprovechado. Este país es un gigante deportivo un poco dormido".

En su empeño por aprender de otras disciplinas, intercambiar ideas con otros seleccionadores, y holandizar a sus jugadores, Hendriks acabó por españolizarse. "Echaré de menos compartir el dolor y la felicidad del modo en que lo he compartido con estos chicos a los que me siento muy unido", dijo en referencia al grupo que formó, y con el que conquistó un Champions Trophy (2004), un cuarto puesto en los Juegos de Atenas (2004), una Copa de Europa (2005), y una plata en los Juegos de Pekín.

Si los dos oros olímpicos con la selección holandesa, en 1996 y 2000, le abrieron las puertas de España, los títulos que consiguió desde 2002 le han valido la llamada del organismo rector del deporte holandés.