Un viaje de ida y vuelta muy incómodo y caro
La inflación volvió a reducirse en noviembre por cuarto mes consecutivo, concretamente en 1,2 puntos porcentuales, situándose en el 2,4%. Con ello volvemos a la situación que teníamos a mediados de 2007, un viaje de ida y vuelta provocado por la explosión de los precios de las materias primas, incluido el petróleo, que nos ha costado muy caro (gráficos superiores). A las familias les ha costado perder mucho poder adquisitivo, unos 15.000 millones de euros en 14 meses, si bien más de la mitad los han recuperado a través de las cláusulas de salvaguardia de los convenios colectivos, revisiones de las pensiones y otros mecanismos de indiciación de las rentas al IPC. El caso es que de esta pérdida no se han beneficiado las empresas; al revés, ellas también han visto encarecerse los costes de la energía y otras materias primas y los laborales, sin haber podido trasladar enteramente estos aumentos a los precios finales, dada la debilidad de la demanda. Los únicos y verdaderos beneficiados por el repunte de la inflación han sido los productores extranjeros de petróleo y materias primas.
Las familias han perdido unos 15.000 millones de euros de poder adquisitivo en 14 meses
No parece fuera de tono que las negociaciones salariales incluyan cláusulas de descuelgue
Un aspecto adicional de la desinflación de los últimos meses, que suele comentarse positivamente, es la reducción del diferencial con el resto de países de la zona euro. Esto es así, pero cuidado, no confundamos esta reducción con una mejora de la competitividad (en todo caso, una menor pérdida). Como se ve en el gráfico inferior izquierdo, este diferencial repuntó notablemente cuando empezó a subir el precio del petróleo y vuelve a bajar ahora cuando dicho precio desciende, lo que se explica por la menor carga impositiva que soportan en España los hidrocarburos (lo mismo sucede en EE UU). Pero esto poco o nada tiene que ver con variaciones de la competitividad. En realidad, si utilizamos un indicador de inflación que excluya la energía y los alimentos, el diferencial, que mantenía una tendencia a la baja, vuelve a orientarse al alza en los últimos meses, lo que se explicaría por los efectos de segunda ronda (fundamentalmente los aumentos de costes laborales por las cláusulas de salvaguardia), que aunque están siendo limitados, son superiores a los del resto de la zona euro. Esto sí que indica una pérdida de competitividad. Y es que el sistema de indiciación de salarios y otras rentas al IPC español, cláusulas de salvaguardia incluidas, nos va a acabar costando muy caro en términos de competitividad, de empleo y, en general, de potencial de crecimiento sostenible a largo plazo.
Conforme el precio del petróleo y resto de materias primas se vienen abajo, las previsiones de inflación también disminuyen. Como se ve en el gráfico inferior derecho, bajo la hipótesis de que las cotizaciones del petróleo y del euro frente al dólar se mantengan estables en sus niveles actuales, la inflación podría situarse en el 1,7% en este mes de diciembre, y la media del próximo año, en el 0,6%, con un mínimo en julio del -0,4%. Incluso aunque el petróleo se orientase al alza y aumentase progresivamente a un ritmo anual del 25%, la inflación media de 2009 sería de poco más del 1%. Los acuerdos salariales que van a empezar a negociarse en los próximos días deberían tener en cuenta estos datos, de forma que no parece fuera de tono la propuesta de la CEOE de aumentos notablemente inferiores a los de los últimos años que incluyan cláusulas de descuelgue (ya están contempladas por la legislación) para las empresas y sectores en especiales dificultades. Con todo ello, y teniendo en cuenta el último paquete de inversión pública aprobado por el Gobierno, es posible que la caída del PIB y del empleo en 2009 sea inferior a la prevista (sería la primera vez desde que el ciclo se dio la vuelta). Esperaremos a tener datos completos de este año para hacer las oportunas revisiones.
Buenas noticias, por tanto, que no desdicen el diagnóstico y las recomendaciones sobre nuestra economía realizados por la delegación del FMI que nos ha visitado estos días, ya que los mismos miran más al medio y largo plazo, que es donde deberíamos centrar nuestra atención a partir de ahora. Aunque sean muy positivos a corto plazo los descensos de la inflación y de los tipos de interés, ello no soluciona nuestros problemas más importantes, como la pérdida de atractivo para la inversión, extranjera y doméstica, debido a la pérdida de competitividad.
Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).
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