"Estoy calmado y sosegado, y con mucha paz interior"

Antonio Barrientos, visiblemente delgado pero sonriente, cruzó a las 21.11 de ayer la barrera de vehículos de la prisión de Alhaurín de la Torre, tras casi seis meses entre rejas como principal imputado en el caso Astapa. El ex alcalde de Estepona, expulsado del PSOE, atendió durante tres minutos a la veintena de periodistas que, con una temperatura de páramo castellano, llevaba toda la jornada aguardando su salida. Barrientos, que confesó estar "emocionado", arrancó citando al poeta catalán Salvador Espríu: "los hombres no pueden ser si no son libres".

Luego, expresó una disculpa, la única de su improvisado discurso: "Quizá les decepcione, pero no puedo comentar mucho por el momento procesal en el que estamos".

A partir de ahí, Barrientos, al que la juez instructora del caso, Isabel Conejo, considera principal responsable de la trama de corrupción y le imputa delitos de cohecho, tráfico de influencias, malversación de caudales públicos y blanqueo de capitales, se lanzó a defender su inocencia. "Mi espíritu se encuentra muy calmado, sosegado y con mucha paz interior. Mi mayor aval es tener la tranquilidad de conciencia de haber actuado siempre en defensa de la legalidad y del interés colectivo del municipio".

Mientras Barrientos hablaba, sus compañeros de cárcel -los todavía ediles del PES Ignacio Crespo y Manuel Reina, y el ex jefe de gabinete, José Flores- que salieron con él de prisión, aprovecharon para abrazarse a sus familiares y escapar discretamente de los periodistas.

Barrientos calificó el caso Astapa de "historia sin sentido" en la que, según él, se ha visto envuelta "mucha gente decente y honesta". El ex alcalde, -el único de los políticos detenidos en la trama que ha renunciado al acta de concejal- agradeció las muestras de cariño y apoyo que ha recibido en este tiempo, y pidió a "los incrédulos" que le otorguen "el beneficio de la duda".

Un funcionario de prisiones impaciente cortó a golpe de claxon el discurso de Barrientos, quien se dirigió al Mercedes de alta gama que lo esperaba. Antes, desveló su primer plan como hombre libre: "comerme unos huevos con papas".

Para lograr los 150.000 euros que la juez ha fijado como fianza a cada uno de ellos, Barrientos recurrió a un aval bancario, y Crespo, a un aval hipotecario, según fuentes de sus defensas.

Mientras, la convulsa vida política de Estepona seguía su curso. Ayer se celebró un pleno extraordinario para aprobar otra vez los presupuestos de 2008, anulados por un juez porque Barrientos no dio a la oposición las cuentas con tiempo suficiente. Además, la junta de accionistas de las sociedades municipales destituyó al liquidador de las 15 sociedades creadas por el extinto GIL y que detectó un desfase de 17,3 millones en la venta de locales municipales.