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La editora del 'Chicago Tribune' se declara en suspensión de pagos

El propietario, Sam Zell, compró el grupo con créditos hace sólo un año

La crisis económica ha asestado un duro golpe a uno de los gigantes de la comunicación de Estados Unidos. La compañía Tribune, editora, entre otros medios, de los diarios Chicago Tribune, Los Angeles Times, The Baltimore Sun y The Orlando Sentinel, anunció ayer que se ha declarado en suspensión de pagos en los juzgados del Estado de Delaware, asfixiada por una deuda de 13.000 millones de dólares (10.000 millones de euros). Los medios dependientes de Tribune seguirán funcionando con normalidad hasta que se consigan unas mejores condiciones para el pago de las deudas asumidas por la empresa matriz.

En un comunicado de prensa, la dirección dijo ayer que reestructurará voluntariamente sus deudas bajo la protección del Capítulo 11 del Código de Bancarrota de Estados Unidos en el Distrito de Delaware. La empresa seguirá publicando sus periódicos y gestionando sus canales de televisión y propiedades interactivas sin interrupción durante la reestructuración, y afirma que dispone de "suficiente liquidez como para seguir haciéndolo".

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En total, Tribune es propietaria de 23 canales de televisión y 12 diarios. Su buque insignia es el diario Chicago Tribune, que tiene una circulación de 540.000 ejemplares diarios. Su otro producto estrella, el diario Los Angeles Times, vende unos 740.000 ejemplares diarios. Este conglomerado emplea a 21.500 personas.

La compañía anunció que ha solicitado en los juzgados aprobación para "mantener los sueldos y beneficios médicos de los empleados; la satisfacción de ciertas obligaciones previas a la bancarrota [...] y la posibilidad de satisfacer los compromisos asumidos previamente con los clientes". El propietario y director de Tribune, Sam Zell, envió una nota a sus empleados en la que les prometía que sus negocios seguirán marchando "con normalidad". "Eso incluye los pagos de sueldos y la cobertura de beneficios como seguros médicos, y compensaciones por discapacidad", añadió.

La deuda de Tribune es 2.000 millones de dólares (1.580 millones de euros) superior a la de hace exactamente un año. Sólo en el tercer cuatrimestre de 2008 sus pérdidas han sido de 121 millones de euros. La empresa ya vendió en mayo la cabecera Newsday por 650 millones (513 millones de euros) y ha puesto en venta el equipo de béisbol Chicago Cubs, que incluye el estadio, del que es propietaria. Precisamente, este equipo ha quedado fuera de la declaración de suspensión de pagos. En verano, Zell anunció que había contratado a un equipo de asesores inmobiliarios para que le asesoraran sobre el valor real de dos de sus edificios más emblemáticos: la torre del Chicago Tribune y el edificio del Los Angeles Times. Diversos inversores han expresado interés en comprar esta última cabecera, entre ellos el magnate musical David Geffen.

Se calcula que el Times podría venderse por 1.000 millones de dólares (790 millones de euros), pero hasta la fecha Zell se ha negado a negociar una posible transacción, ya que, como cuarto diario más vendido del país, es una de sus más sólidas fuentes de ingresos. La deuda de este conglomerado creció considerablemente cuando Zell compró la compañía a los que hasta entonces habían sido sus accionistas el 20 de diciembre del año pasado, ya que este magnate financió la transacción mediante la solicitud de préstamos.

"Factores más allá de nuestro control han creado una tormenta perfecta, un abrupto declive en los ingresos en una economía difícil, combinado con una crisis crediticia que ha convertido en una tarea extremadamente difícil mantener nuestra deuda", dijo ayer Zell en su comunicado.

Inversor inmobiliario, Zell se endeudó el año pasado para comprar Tribune por 8.000 millones de dólares, con la intención de recortar gastos y aumentar los ingresos a través de la publicidad. Pero en plena crisis económica, los anuncios han caído en picado, así como el número de ventas de ejemplares de periódicos. Según el diario The Wall Street Journal, la compañía debe pagar este año, sólo en intereses generados por sus préstamos, 1.000 millones de dólares. Además, deberá satisfacer una deuda de 512 millones antes de junio.

La quiebra de este gigante de la comunicación es un fiel reflejo de la situación de muchos medios en EE UU. Los ingresos por publicidad han caído en picado mientras arrastran deudas astronómicas imposibles de pagar en las actuales condiciones de crisis crediticia. Los analistas han dibujado un horizonte sombrío para el año 2009, con los anunciantes retirándose progresivamente de las páginas de la prensa diaria.

Redacción central del <i>Chicago Tribune</i> en Chicago.
Redacción central del Chicago Tribune en Chicago.AP.

La caída de un imperio

La Compañía Tribune ha sido, hasta la fecha, un imperio mediático que, desde su sede central de Chicago, se ha expandido de costa a costa de Estados Unidos con numerosos diarios y canales de televisión. Sus diarios de referencia acumulan 83 premios Pulitzer, la mayoría repartidos entre las dos cabeceras de referencia, los diarios Los Angeles Times y The Chicago Tribune.

La empresa fue fundada en 1847 para gestionar la edición del Chicago Tribune, que a lo largo de las décadas se ha convertido en el diario de referencia del Medio Oeste norteamericano. Desde su primera tirada de 400 copias impresas, el Tribune ha crecido hasta convertirse en una respetada voz en el panorama mediático nacional. Es, en este momento, el octavo diario más vendido del país.

Cuando el magnate inmobiliario Sam Zell compró la empresa matriz a sus accionistas en diciembre del año pasado, trató de hacer frente a la deuda de la empresa con una dramática reducción de gastos. Los nuevos objetivos pasaban por el despido de 80 personas y por la reestructuración total de la gerencia del diario.

El estilo de gestión de Zell, inversor inmobiliario, ha fallado estrepitosamente. Su idea era la de forzar el viraje de sus medios hacia un estilo sensacionalista y fácil de vender. En verano anunció que, entre todos sus periódicos, rebajaría unas 500 páginas diarias para hacer frente a los costes de papel. Ninguna de estas medidas ha sido suficiente. El columnista Harold Meyerson, del Washington Post, describió, este pasado verano, la estrategia de Zell en Tribune con estas palabras: "Los grandes diarios se construyen durante décadas. Ahora nos damos cuenta de que pueden desmantelarse con relativa rapidez".

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