Grisolía: "La Universidad valenciana mejoraría si no hubiera ministerio"

El Ministerio de Educación carece de competencias en materia universitaria, a excepción de los criterios de las pruebas de acceso. Pese a ello, el científico Santiago Grisolía abogó ayer por la "desaparición" del Ministerio de Educación para dejar en manos de los respectivos gobiernos autonómicos la calidad y gestión de los campus. El secretario de la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados se descolgó ayer, mediante un comunicado, con unas declaraciones en las que aseguró que las universidades valencianas, "serían mejores si desapareciera el Ministerio de Educación. Entonces, habrá universidades buenas o malas, dependiendo del interés local". Grisolía defendió el modelo americano de enseñanza superior al añadir que no debería permitirse que "los pobres paguen la educación superior de los ricos, como pasa en España". "El mejor sistema es el americano: la gente sabe lo que cuesta estudiar porque lo paga (lo que supone un estímulo para aprobar las asignaturas) y los que no pueden, pues optan a una beca", añadió.

"Los pobres no deben pagar la enseñanza superior a los ricos"

Este análisis provocó cierto estupor entre algunos universitarios consultados, ya que las competencias recaen en realidad en el nuevo Ministerio de Ciencia e Innovación, pero las respectivas comunidades autónomas asumen su financiación o la creación de los nuevos centros. El ministerio se limita a fijar unos baremos de las tasas de matrícula, aprueba las leyes de las titulaciones, fija los planes para la investigación y mantiene la gestión de las becas. Y el Consell es el que subvenciona, crea las universidades y decide qué títulos se dan en cada campus. Tiene así el mayor protagonismo.

Grisolía hizo estas declaraciones a propósito de los 30 años que la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados (FVEA) celebra este miércoles en Valencia. El secretario de la Fundación dijo sobre la precaria situación de la ciencia que "siempre pasa lo mismo: cuando las cosas están apretadas lo fácil es recortar en ciencia y cultura". Grisolía admitió que en los últimos años "ha habido bastantes ayudas" y ha sido nombrada "una ministra [de Ciencia] muy preparada como Cristina Garmendia". Y sobre el futuro de la investigación, reconoció que "la gente joven está muy involucrada", pero le preocupa el creciente interés de los universitarios "por ganar dinero, y el descenso del número de estudiantes con vocación científica", como indica la disminución paulatina del número de tesis.