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Más de 200 cooperativas se unen para vender 300.000 toneladas de aceite

Los productores resucitan una empresa con capital público para subir los precios

Ginés Donaire

La iniciativa de las cooperativas aceiteras de aliarse para provocar una subida de los precios en origen del aceite ha empezado a tomar cuerpo. Más de 200 cooperativas del sector, la mayoría andaluzas pero también de Castilla-La Mancha y Extremadura, han decidido crear un grupo para la comercialización conjunta de unas 300.000 toneladas de aceite a granel, lo que supone en torno al 30% de la producción española. "La línea está marcada", apunta Cristóbal Gallego, presidente de la sectorial del aceite de oliva de Faeca, la Federación Andaluza de Empresas Cooperativas, que ha sido la que ha abanderado la iniciativa de los productores de aceite de oliva.

El funcionamiento de ese grupo empresarial, en el que se integran cooperativas de la talla de Hojiblanca, JaénCoop u Oleo Estepa, será similar a la de una cooperativa de segundo grado y la intención de sus asociados es apoyarse en la empresa Cecasa, con el fin de aprovechar su estructura jurídica y evitar tener que crear una nueva empresa.

Cecasa se paralizó tras la denuncia del Tribunal de la Competencia

Cecasa (Comercializadora Española de Aceite) se fundó desde el sector productor para actuar en el mercado del aceite de oliva de un modo similar a cómo lo hacía el antiguo sistema publico de intervención, que fue suprimido en 1998 cuando se aprobó la reforma de la Organización Común de Mercado (OCM), de modo que se pretendía comprar en campañas de excedentes para evitar caídas de precios y vender cuando hubiera escasez para impedir subidas desmesuradas.

Sin embargo, esa iniciativa fue desactivada por el Tribunal de la Competencia al vulnerar la libre competencia en el sector aceitero, por lo que habrá que ver cómo las cooperativas salvan ahora una posible advertencia de Competencia.

De hecho, las cooperativas han eludido remitir una comunicación interna formal a sus asociados para retener la venta de aceite y presionar así a los grandes grupos distribuidores, limitándose a lanzar mensajes en esa dirección.

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Cecasa se constituyó en junio de 2000 con un capital social de 4,4 millones de euros suscrito por cooperativas y almazaras oleícolas, que sumaban más de la mitad de la producción nacional de aceite, y por entidades financieras. Más tarde entró en el accionariado el Patrimonio Comunal Olivarero, una corporación de derecho público en la que está presente el Gobierno. La sociedad había previsto una ampliación de capital de hasta 44 millones de euros, pero la operación se frustró cuando se conoció el informe del Servicio de Defensa de la Competencia.

El director gerente de Faeca, Rafael Sánchez de Puerta, ha destacado la buena acogida de las cooperativas aceiteras. A partir de ahora, deben lograr la aprobación de sus consejos rectores para integrarse en este sistema de comercialización del aceite de oliva.

Sánchez de Puerta explica: "En la actualidad existen cinco grandes grupos que compran el 60% del aceite y, además, un sólo grupo mueve el 22% del mercado mundial, por lo que los productores estamos obligados a organizar la oferta, profesionalizarla y concentrarnos".

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