Montilla aboga por "mimar" a la empresa japonesa ante la crisis

La coyuntura económica ha dado un vuelco espectacular en apenas unos meses. Tanto en Cataluña como en Japón. Y no digamos con relación a cuatro años atrás. En 2004, la última vez que un presidente de la Generalitat (Pasqual Maragall), estuvo de visita oficial en el imperio del Sol Naciente, todo marchaba sobre ruedas: la economía nipona había revertido el periodo de estancamiento de la década de 1990 y Cataluña crecía a tasas del 3,5%. La situación de hoy es radicalmente opuesta. Japón, la segunda economía del mundo, ha vuelto a entrar en recesión y Cataluña terminará el año con el mismo signo. Se avecina un primer semestre "muy duro", aseveró ayer el presidente de la Generalitat, José Montilla; "es el momento de hacer política preventiva y de salir al exterior a vender Cataluña como plataforma de negocios".

Éste es el principal objetivo del viaje oficial de tres días que Montilla acaba de iniciar en Japón. "Tenemos que acompañar, cuidar y mimar las inversiones japonesas en Cataluña en un momento como éste, de crisis económica. Transmitir confianza a las empresas para que refuercen sus proyectos", dijo ayer el presidente catalán, nada más aterrizar en Tokio procedente del acto de conmemoración del 30 aniversario de la Constitución, en Madrid, durante la recepción que ofreció el embajador español en Japón, Miguel Ángel Carriedo Pompín, a la delegación del Gobierno catalán. Acompañan al presidente el vicepresidente, Josep Lluís Carod, y el consejero de Innovación, Universidades y Empresa, Josep Huguet.

El 75% de las empresas niponas con presencia en España están implantadas en Cataluña, dan trabajo a 15.000 personas y son "una parte importante", según Montilla, de las exportaciones de la comunidad. Los bienes y servicios importados de Japón alcanzaron el año pasado los 3.137 millones de euros.

El problema es que la recesión de la economía japonesa como consecuencia de la crisis mundial de la demanda y de la hasta ahora fortaleza del yen -Japón vive de las exportaciones y necesita importar materias primas- están lastrando las cuentas de muchos fabricantes, que están congelando sus planes de inversión hasta que puedan dar salida a los productos que comienzan a acumular sin vender.

La crisis no afecta sólo a los grandes constructores de automóviles, como Nissan; también a los fabricantes de electrodomésticos, como Sony y Sharp, que se enfrentan a caídas de las ventas del 50%, según Montilla. El director general de Sony en España, Pedro Navarrete, se alarmaba ayer, también desde Tokio, por el "drástico descenso" de las ventas de televisores en España en las dos últimas semanas de noviembre.

Precisamente hoy, la delegación del Gobierno catalán visitará la sede de Sony y se entrevistará con directivos de la multinacional, que quiere reducir los costes de la fábrica de Viladecavalls, en el Vallès Occidental, donde trabajan 1.300 personas fijas y otras 700 con contrato eventual. Sony está desviando producción a países del Este.

Antes, José Montilla será recibido en audiencia por el príncipe heredero, Naruhito, en su palacio imperial y, por la tarde, se reunirá con directivos del fondo de inversión especializado en reestructuraciones Nomura Securities y del gigante financiero Mitsubishi.