Premio al circo epicúreo y glotón

Trapecistas, contorsionistas, escapistas, danzarinas del aire, malabaristas, payasos, hombres forzudos, músicos... Todo en una carpa de pequeñas dimensiones, con música en directo y con un cuidado tratamiento de la iluminación. Con esta mimada oferta el Circo Gran Fele recibió ayer el Premio Nacional del Circo 2008 que otorga el Ministerio de Cultura. El jurado decidió por unanimidad otorgar el galardón, dotado con 30.000 euros, a la compañía valenciana fundada en 1993 "por su trayectoria creativa, su labor de recuperación y restauración del circo, por la formación de jóvenes artistas, la colaboración con universidades y la divulgación del circo español en ámbitos internacionales".

"Somos de Valencia, barrocos, lúdicos, queremos que pasen un buen rato"

"Es la primera vez que se da el premio a una compañía de lo que entendemos como nuevo circo", explicó ayer, agradecido, Rafael Pla, director de Circo Gran Fele, que reconoció su alegría porque una cosa es "esperar que te lo den alguna vez y otra que no sea sorprendente". A su juicio, es un galardón "muy difícil de dar, hay muchos tipos de circo, muchas tendencias". Y las suyas están muy pensadas. En sus palabras, "es un circo pequeño, voluntariamente pequeño, es un circo de dirección, todo tiene una idea, se trabaja con un guión, aunque a veces sea muy sutil, no hay animales, otras artes escénicas son fundamentales, como la danza, el teatro, las sombras chinas...". Y todo con un sello inconfundible: "Somos de Valencia, barrocos, muy lúdicos, epicúreos, glotones, queremos que los espectadores pasen un buen rato".

El Circo Gran Fele estrena en Valencia el día 13 su nuevo espectáculo, titulado A, inspirado en el aire que se respiraba en 1900, cuando el mundo se maravillaba con los nuevos ingenios mecánicos, y acompañado de la música de Tom Waits, Paolo Conte, Rodrigo Leao o el valenciano Carlos Sanchís.

Rafael Fele Pla argumenta que "el circo en España sigue estando a la cola de las artes escénicas, a años luz". A pesar de que "hay mil tendencias", muchas compañías siguen apostando por un espectáculo tradicional, el que se implantó en las décadas de los treinta y los cuarenta. Y frente al mayor espectáculo del mundo, ellos se mueven con cuatro tráilers, un autobús de dos pisos y una compañía de apenas 35 personas.