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La reforma del campus de Ourense propone un nuevo modelo urbano

Iribas y Mangado presentan su proyecto para la ciudad universitaria

Cuando el prestigioso arquitecto navarro Patxi Mangado visitó hace poco más de un año el campus universitario orensano para diseñar, a petición del equipo rectoral, el edificio que albergará las piscinas, pensó que debía remodelar sobre todo el jardín que lo rodea. Hizo el comentario a su colega y amigo, el sociólogo y urbanista vasco afincado en Valencia José Miguel Iribas. Éste se plantó en Ourense y descubrió un campus "pésimamente conectado" con la ciudad y consigo mismo y, sin embargo, situado al lado del centro urbano de un municipio llamado a ser la puerta de acceso a Galicia con la llegada del AVE. Iribas se lo cuestionó todo, puso patas arriba el encargo inicial y propuso a la Universidad un nuevo modelo de campus. Tras 14 meses, 11 de ellos de debates y aportaciones, acabó implicando también al Ayuntamiento y a Caixanova, para diseñar un nuevo modelo de ciudad a partir de su universidad. Una vuelta de tuerca al urbanismo y al estilo de vida orensano.

La actuación afecta a una superficie de 350.000 metros cuadrados
La Avenida Otero Pedrayo se soterra y se crea una gran plaza principal

El proyecto, en una superficie de más de 350.000 metros cuadrados, supone importantes intervenciones, como el soterramiento de la Avenida Otero Pedrayo, uno de los viales de acceso a la ciudad y que ahora divide al campus en dos. También la creación de vivienda protegida, en un 40%, y libre en el 60% restante; la construcción de hoteles, de residencias, de varios campos deportivos con cafetería específica para eventos de este tipo, tres edificios dedicados a la investigación, guardería y centros de reuniones para "esa ingente cantidad de personas de negocios que, con el AVE, pasarán por esta ciudad desde Madrid hacia A Coruña, Vigo o Portugal", según el arquitecto.

Y, como eje central y nexo simbólico de unión con la ciudad, una plaza en su entrada principal planteada para ser lugar de encuentro de los orensanos. Un ágora dotada de residencia multiuso, centro cultural juvenil, bazar cultural, pequeño palacio de congresos, un café musical "plataforma para los jóvenes grupos locales" e incubadoras empresariales para que los estudiantes puedan ir formándose laboralmente. Para completar la integración, un tren ligero, "al estilo de los europeos", con partida en la Estación-Empalme. "Llevará zapatas de goma para no aturdir y campanilla para avisar de su paso". Recorrerá el casco urbano hasta el céntrico Parque de San Lázaro con parada en el campus. Los valencianos le han pedido ya un proyecto similar para su Universidad.

Iribas y Mangado presentaron ayer en sociedad su ambicioso plan, que puede consultarse, y opinar sobre él, en la página web www.aportadegalicia.com. "Partí de dos cuestiones", explicó ayer Iribas el origen de su proyecto: "qué papel juega la Universidad en Ourense y qué papel juega Ourense en Galicia". Las respuestas fueron desalentadoras, partiendo del hecho de que la ciudad exporta la práctica totalidad de sus jóvenes cerebros, pero el AVE puso el contrapunto. "Sin contar Madrid, Ourense será el tercer punto de concentración de España en el AVE. Este es un potencial que no se puede perder", repite el arquitecto, para explicar que el nuevo diseño urbanístico se propone transformar la economía a partir de la universidad. Ésta pasará a ser el centro de la ciudad. "No se puede tolerar una zona como ésta con vacíos", y al mismo tiempo una generadora de empleos adecuados "al nivel medio de sus titulaciones", señala Iribas.

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El arquitecto ha resuelto el problema de relación entre la universidad y la ciudad, ahora divorciadas en casi todos los ámbitos, mediante la integración de los usos urbanos y empresariales del recinto académico. Los espacios de encuentro con atractivas dotaciones públicas centralizadas en el campus son, según detalla, "necesarios para acercar a la sociedad hacia esta zona".

"Es muy importante promover la integración de las actividades docentes y los usos residenciales específicos y genéricos", señala el urbanista, convencido de que la combinación de los usos universitarios y los generales que ha incluido en el proyecto garantizarán la nueva ciudad.

Iribas no habla de financiación. Espera la implicación de la Xunta, además de la del Ayuntamiento, ya comprometida, y sostiene que una gran parte de las actuaciones pueden autofinanciarse. "Los espacios lucrativos permitirán obtener ingresos recurrentes y garantizar el mantenimiento de las instalaciones".

El proyecto incluye finalmente el rediseño del jardín que generó el nuevo modelo de ciudad. Un Ourense relacionado con su universidad "en lo urbanístico, en lo social, lo cultural y lo económico".

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