El arma utilizada para matar a Uria es distinta de la del asesinato de Carrasco

El etarra que asesinó el miércoles de dos disparos al empresario Ignacio Uria no utilizó la misma pistola empleada por ETA el pasado 7 de marzo para matar, en un atentado de similares características, al ex concejal del PSE-EE en Mondragón Isaías Carrasco.

Las pruebas de balística realizadas con los tres casquillos que quedaron en el suelo del aparcamiento donde mataron al directivo de la constructora Altuna y Uria han arrojado ese dato, según confirmaron ayer fuentes de la investigación y el consejero vasco de Interior, Javier Balza. Éste aseguró que no coinciden ni el arma ni la munición empleada por los terroristas para segar la vida de Ignacio Uria.

La Ertzaintza (policía vasca) mantenía ayer la investigación abierta para esclarecer el atentado. Los agentes recogieron en el aparcamiento donde fue abatido Uria tres casquillos de la marca italiana Fiocchi, del calibre 9 milímetros parabellum, según fuentes de la investigación. Tras cotejarlas con los cinco casquillos de la pistola empleada en el asesinato de Carrasco, los expertos descartaron que se tratara de la misma pistola. Pese a que las Fuerzas de Seguridad del Estado creen que el asesino de Carrasco vino de Francia y, presumiblemente, huyó después del atentado en Mondragón, no se descarta por completo que el atentado de Azpeitia fuera cometido por el mismo talde. El dato de balística, precisó el consejero, "no descarta todavía nada", dando a entender que los terroristas pueden disponer de varias pistolas para ejecutar sus atentados.

Hay dos datos recientes que evidencian que la organización terrorista tiene una base estable en Guipúzcoa: el coche empleado en el atentado contra la Universidad de Navarra el pasado 30 de octubre fue robado 12 horas antes en el municipio de Zarautz, a unos 25 kilómetros del lugar del atentado del miércoles. Y los etarras que asesinaron a Uria conocían bien las carreteras que emplearon para sortear los controles policiales tras el atentado.

La hipótesis policial es que ETA mantiene una célula en Guipúzcoa formada por uno o varios miembros liberados (a sueldo) de la banda, uno de los cuales puede ser el pistolero que asesinó a Uria, y una red de legales (sin fichar), encargados de algunos de los atentados que se han producido en ese territorio, pendientes aún de aclarar. Entre ellos, están los tres ataques contra las empresas adjudicatarias del AVE vasco realizados en Urnieta (mayo), Zarautz (junio) y Orio (julio).