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Columna
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Desnudos

En época de renovar almanaques ilustrados he sufrido una pesadilla: la Diputación de Castellón nos obsequiaba con las diversas modalidades y posturas con que un presidente puede sacarse "la pirula" para mear frente a la sede de Esquerra Unida: sin manos, a ver quién llega más lejos, con la frente descansando en la fachada, contra el viento, solo o acompañado por los periodistas de Intereconomía..., y así una coreografía por cada mes del año. Despierta, veo el nuevo calendario del Vaticano con curitas cañón, aunque tan piadosos mocetones no lucen abdominales briosos sino los faldones reglamentarios, que la doctrina sigue maridando carne con pecado. Uno de los últimos trofeos papales ha sido la retirada en Brasil (el Brasil de los cuerpos monumentales) de un Playboy donde la actriz Carol Castro sólo se vestía con un rosario.

Desnudos-protesta fueron los de la sobrina de Rouco en Interviú, quejosa del abandono que ha sufrido su familia por parte del jerarca religioso; o el de la hija stripper de aquel clérigo musulmán, hartita que la tenía con sus discursos flamígeros contra la depravación de Occidente. También la tunecina Henane Zemali aceptó mostrarse en un calendario "contra el sometimiento islámico a la mujer", haciendo un llamamiento a las jóvenes para que se rebelen contra sus padres.

Quedarse en bolas o en conejo revela desde hace tiempo una posición reivindicativa, tanto si se mantiene en bici, corriendo o en reposo. Así vimos a Alaska contra las corridas de toros, con banderillas y un lema: "La verdad al desnudo: la tauromaquia es cruel". Por el mismo motivo, la organización PETA convocó concentraciones sin ropa frente a las embajadas españolas en Europa y Estados Unidos, y también hay quien enseña el cuero contra los abrigos de animales desollados. O a favor de otras diversas buenas causas. Unas son privadas, como la alcireña Gema Peris, que dice haber posado en una revista "para denunciar al seleccionador nacional de halterofilia, que la putea". Y es que los y las deportistas (incluyendo la publicidad comercial) parecen tener más allanado el camino, aunque casi siempre se trata de cuerpos sin genitales, como las estatuas griegas mutiladas o la Capilla Sixtina velada por la censura. El calendario de la Asociación de Tenis Profesional contiene un puñado de macizos enseñando pechos formato Praxíteles. Y poco más.

Similar pudor aflora en el apartado del despelote recaudatorio-solidario. Contra el sida se han fotografiado campeones de físico potente, y la Asociación de Voluntarios de Protección Civil de Moncada edita un almanaque, embarazada incluida, para sufragar una ambulancia y una expedición de ayuda humanitaria a África. Y por supuesto, también están las fallas. Una de Xátiva, sin embargo, se ha quedado sin foto ¡para el mes de marzo! porque el marido de la fallera dijo que "enseñaba demasiado".

Hace casi 90 años desde aquellos bomberos pioneros en la "transgresión". Pero qué morbo tendrá el cuerpo humano (fuente de tantas alegrías y de tantos problemas) para que a estas alturas Dios aún lo prohíba, mientras la humanidad paga por colgarlos en el taller o en la cocina.

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