"¡Péguenles un tiro, que están ahí!"

Juan, el conserje del número 7 de la calle del Arenal (Centro), se dio cuenta a las seis de la mañana de que algo no iba bien. Cuando el ascensor llegó a la primera planta se percató de que alguien había roto la cerradura. Justo cuando estaba comprobándolo, pasó por detrás de él una persona que salió corriendo. Decidió llamar a la policía, lo que a la postre permitió la detención de dos de los tres supuestos asaltantes de un almacén de joyería.

El portero salió detrás del hombre, pero no pudo alcanzarlo. Enseguida regresó a la primera planta y vio que salía mucho humo del local número cinco, justo donde se ubica un almacén de joyería. Cuando llegaron los policías vieron que alguien había entrado en esa oficina. Habían abierto una caja fuerte y también habían intentado reventar otra. "La policía cree que estuvieron dentro desde las diez de la noche", explicó ayer Juan.

El conserje empezó a recorrer el edificio junto con los agentes. En el servicio de señoras de la planta primera hallaron una maleta con todo el material que habían utilizado los ladrones: lanzas térmicas, bombonas de butano y herramientas. Los agentes bajaron al sótano y comprobaron el aparcamiento plaza por plaza. "Los policías no le vieron, pero yo sí. Me di cuenta porque habían tirado unos guantes y yo sé que el garaje siempre está limpio. Los dos estaban agazapados junto a un coche para que no les vieran. En ese momento, pegué un grito a los agentes y les dije: '¡Péguenles un tiro, que están ahí!", explicó Juan, un ecuatoriano de la región de Loja que lleva nueve años en España.

Los ladrones salieron corriendo por la travesía de Arenal y fueron detenidos en la plaza del Marqués Viudo de Pontejos, después de que intentaran esconderse en un edificio.

Los agentes del servicio de noche de la comisaría de Centro, denominados Focus, subieron hasta la azotea y detuvieron a los dos supuestos ladrones: Alfredo D. M., un español de 27 años, que cuenta con 10 antecedentes por delitos contra el patrimonio (robos), y de Beltrán de Biedma B. E., de 25, que tiene un antecedente. También se hicieron cargo del Audi que utilizaron los detenidos para desplazarse. El grupo de Policía Judicial de Centro está comprobando si el vehículo había sido sustraído.

Los agentes recuperaron asimismo una bolsa con joyas que los ladrones habían dejado abandonada cerca del ascensor. Los responsables del almacén de joyería declinaron ayer hacer declaraciones sobre el montante de lo sustraído.

Éste no es el primer robo que evita Juan, el conserje de la calle del Arenal. Hace unos años también logro que se arrestara a un hombre que se refugió por la noche en la primera planta, en la que se concentran varios talleres y almacenes de joyería. "Llevaba un palo muy grande e intentó despitarme, pero también le detuvieron", concluyó Juan.