Uno de cada 10 niños usa el teléfono móvil para grabar peleas

Uno de cada 10 niños usa el móvil para grabar peleas. Y el porcentaje aumenta hasta el 27% si se les pregunta por lo que hacen sus amigos. Los datos se desprenden de una encuesta a 1.345 niños de la Comunidad de Madrid, de entre 10 y 16 años, presentada ayer por el Defensor del Menor, en colaboración con la Universidad Rey Juan Carlos. Tres de cada 10 encuestados reconocen además que usan el móvil para gastar bromas, y el 11% las cuelgan después en Internet para que las vean sus amigos.

El perfil de los que graban peleas responde a un varón -aunque el estudio no especifica el porcentaje- con "afán de protagonismo", según explicó ayer el defensor del menor, Arturo Canalda. Ese 10% "siente indiferencia ante las grabaciones violentas en la Red, desea grabar las gamberradas de otros, cree que las grabaciones de móvil son divertidas y las cuelga cuando las hace", indica la investigación. Y añade que del total de los encuestados, el 14%, ha recibido mensajes pornográficos, el 8%, violentos y el 90% mensajes publicitarios, un contenido de "riesgo" que los menores no reconocen como tal.

El 14% de encuestados por el Defensor del Menor recibió pornografía

¿Por qué tienen los niños un móvil? El estudio revela que es una cuestión de necesidad: de los padres para controlar a sus hijos, y de los hijos para tejer una red de amigos. "Para existir socialmente hace falta llamar y ser llamado", asegura la investigación. El primer teléfono llega muy pronto: la mitad lo tiene entre los 9 y los 10 años (sólo un escaso 4,3% cuenta con un móvil a los 7). El resto, entre los 10 y los 11. "Pero el uso significativo del aparato no llega hasta los 12 años", explicó ayer la directora de la investigación, Carmen García. Hasta esa edad, lo encienden para recibir llamadas.

Pasada la barrera de los 12 años, 4 de cada 10 chavales usan el teléfono entre una y dos horas diarias. A los 16, casi un 15% lo usa cinco horas. La mayoría se lo lleva a clase, aunque está prohibido, y el 25% no lo apaga nunca.

Pero eso no significa que estén literalmente colgados al móvil: muchos lo usan para escuchar música, para intercambiar archivos o para tomar imágenes, de ahí que las facturas no superen de media los 10 euros. Aunque a partir de los 14 años el consumo se dispara: 3 de cada 10 gasta más de 30 euros. En el 65% de los casos los padres se hacen cargo del monto. Aunque hay un pequeño porcentaje (23%) de niños que tiene que abonar una parte del consumo si ese mes se han pasado de la raya. El 12% pagan ellos la factura.

Para Canalda es básico concienciar a los niños de lo que cuesta el teléfono móvil. Y pide una "responsabilidad compartida", en la que los padres impongan horarios y los hijos "envíen SMS", que son más baratos, "no contesten llamadas de origen desconocido" y "cojan los libros y dejen el móvil", entre otras.