Telefónica transforma sus cabinas en terminales de pago para Internet
El desconocimiento de las posibilidades es general: desde 2007 sólo una ONG se ha inscrito en el sistema de donativos desde una cabina - La recarga de móviles y el envío de SMS son los servicios más populares
El móvil mató a la cabina telefónica. Las 50.000 que hay repartidas por las calles y plazas españolas (63.508 hace tres años) se usan cada vez menos. Telefónica, responsable de este servicio público, explora nueva fórmulas para rentabilizarlas. Su intención es convertirlas en terminales de pago electrónico, conexiones Wi-Fi o publicidad, integrando en estos nuevos servicios a su competidor: el teléfono móvil.
El año pasado la facturación de las cabinas disminuyó un 12%, pero entre 2002 y 2007 ya había caído un 50%. Inmigrantes y turistas siguen utilizándolas, pero no son suficientes para mantener el nivel de hace 10 años. Ramon Sanjuan, director comercial de Telefónica Telecomunicaciones Públicas, explica: "La disminución de la demanda ha hecho que desarrollásemos otros servicios que pudieran ser ofrecidos a través de las cabinas".
Micropagos
El cambio de estrategia empezó en 2003, con la posibilidad de enviar SMS, fax y correo electrónico, pero la gran idea ha sido convertirlas en terminales de micropagos: comenzó con la venta de servicios telefónicos, como la recarga de móviles, y ahora se puede comprar saldo para adquirir productos y servicios en Internet, con el aliciente de hacerlo anónimamente y sin el riesgo de dar el número de tarjeta en una web.
La cabinas entraron en junio en el nuevo negocio de los micropagos en red, cuando Telefónica firmó un acuerdo con Miapuesta.com. En septiembre formalizaron otro con la plataforma de pago en línea Ukash y la red social para adolescentes Habbo. Las personas que viven en esta red social pueden comprar cosas virtuales para sus personajes o reales para ellos mismos. En las últimas semanas se ha cerrado otro acuerdo con Paysafecard.
El sistema de pago desde la cabina es igual para todos los productos: se escoge el servicio, se introduce el dinero y un número de teléfono móvil, donde nos llegará vía SMS un código de 19 cifras. Cuando queramos adquirir el producto o servicio en Internet, sólo tendremos que introducir el código. Si el precio es menor, la web nos dará el cambio: otra ristra de números que contendrá el importe de diferencia y podrá usarse para más compras.
Es el mismo sistema de la recarga de tarjetas para móviles de cualquier operador. A partir de enero se estrena la tarjeta internacional recargable. "Eliges una opción, introduces el valor de la compra y el número de móvil donde se recibirá el código. Con él podrás llamar desde un móvil, una cabina o un fijo", dice Sanjuán.
Telefónica explora también convertir las cabinas en centros de conectividad. Se están haciendo pruebas piloto para vender conexiones inalámbricas, equipando las cabinas con una antena de 25 metros de cobertura. Otra tecnología que abre nuevas posibilidades es el Bluetooth. Cuando la persona descuelga el teléfono, la cabina le pide que lo active en su móvil. "Así podrá recibir, por ejemplo, más información sobre al anuncio que hay en la cabina en aquel momento".
El visor del teléfono, que se ha hecho más grande en las nuevas cabinas, es un nuevo espacio para la publicidad y otros usos que desgaja el director comercial: "Desde mostrar mensajes sobre servicios de Telefónica hasta avisos del ayuntamiento". Otra posibilidad es que, al descolgar, se nos pregunte si queremos responder una encuesta interna de la compañía o del municipio.
Las iniciativas de Telefónica topan con el desconocimiento del público, que ve las cabinas como sitios para llamar y nada más. "Estamos haciendo esfuerzos para comunicar todos estos nuevos servicios", explica Sanjuán. Después de las llamadas, los más populares son el envío de SMS (se mandan 500.000 al mes) y la recarga de móviles.
Muestra de este desconocimiento es el servicio de donaciones a ONG desde las cabinas, que se puso en marcha en 2007. Es el servicio menos usado, tanto por quienes llaman como por las propias ONG, aunque es gratuito para ellas. Sólo una se ha acogido a esta oportunidad.
El cliente medio de la cabina es una persona en tránsito, turista, inmigrante y estudiante, de entre 18 y 30 años, y español en su mayoría, seguido por los suramericanos. Sus llamadas suelen ser por motivos familiares. Más de un tercio afirman preferirlas a los móviles por el precio, porque no necesitan batería y siempre hay cobertura.
TELEFÓNICA TELECOMUNICACIONES PÚBLICAS: www.ttp.es UKASH: www.ukash.es HABBO: www.habbo.es PAYSAFECARD: www.paysafecard.com/es/
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