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Entrevista:DÍDAC RAMÍREZ | Rector de la Universidad de Barcelona

"Si no hay violencia, no desalojaré a los estudiantes"

Ni cien días, ni un mes, ni tan sólo un minuto de gracia ha tenido el nuevo rector de la Universidad de Barcelona (UB). Apenas lleva ocho días en el puesto y desde el primer día tiene dos patatas calientes sobre la mesa: los encierros de estudiantes contra el proceso de Bolonia y la herencia de un déficit millonario.

Pregunta. Su universidad tiene alumnos encerrados desde hace dos semanas. ¿Hasta cuándo cree que pueden durar los encierros?

Respuesta. Confío en que puedan acabarse durante esta semana o a principios de la otra.

P. ¿Por qué lo dice?

R. Lo digo por la voluntad de diálogo que existe por parte de la comisionada de Universidades, de las universidades y de los propios estudiantes. Y también porque espero que las propuestas que hagamos sean bien vistas por todos. Y confío en que los que están ahora ocupando la universidad entiendan que por este camino no van a poder conseguir mucho más.

"Quiero que las empresas financien gastos, pero sin interferir en la gestión"
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P. ¿No piensa, por tanto, desalojar a los estudiantes?

R. Si no hay una situación de violencia, no pienso desalojar.

P. Los estudiantes piden un referéndum vinculante sobre el proceso de Bolonia, un debate sobre el futuro de la Universidad y la retirada de expedientes a alumnos de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). ¿Son asumibles estas peticiones?

R. El referéndum no es asumible de la manera en que lo plantean. Puede ser vinculante para los estudiantes y sus representantes. Eso ya lo contemplamos en el estatuto de nuestra universidad. Pero no puede serlo para el profesorado y para el personal de administración y servicios. Sin embargo, no creo que ésta sea una condición irrenunciable para los estudiantes.

P. ¿Y son asumibles el debate sobre la Universidad y la retirada de expedientes?

R. Estamos abiertos a ese debate porque creo que puede llegar a ser beneficioso para todos. En cuanto a los expedientes, no dependen de nuestra universidad. En esto sólo podemos colaborar a buscar una solución, pero tengo que manifestar que los actos que dieron lugar a estos expedientes son punibles y no deberían producirse en un contexto universitario.

P. ¿Cómo explica que los estudiantes digan que Bolonia privatizará la Universidad? No parece que sea así. ¿Qué opina?

R. Bolonia no privatiza la Universidad. Los estudiantes dicen que hay un riesgo. Y no son los únicos que lo han percibido, no tanto de privatización como de mercantilización.

P. ¿Riesgo de que se oferten sólo los estudios que pide el mercado?

R. De que se oriente o se subordine la actividad de la Universidad a los requerimientos de la economía.

P. ¿Eso es tan malo?

R. No es malo, siempre que partamos de un espíritu de cooperación. La Universidad no puede dar la espalda a las necesidades de las empresas porque finalmente redunda en beneficio de los propios estudiantes. Lo que no puede hacer la Universidad es subordinar su actividad a esas necesidades.

P. ¿Tiene que haber estudios que la Universidad ofrezca aunque al mercado no le interesen?

R. Efectivamente. Los estudiantes de hoy son una generación preparada a la que no se le puede negar la satisfacción de sus curiosidades, aunque no siempre las estructuras sociales o económicas hayan podido adecuarse para aprovechar sus nuevas competencias y habilidades.

P. ¿Asume la autocrítica? Por ejemplo, que ha habido falta de información sobre lo que es el proceso de Bolonia y que eso ha derivado en confusión. Los estudiantes hablan de privatización y de que los masters son malos.

R. Es evidente que no ha habido información suficiente. A las pruebas me remito, aunque habrá quien diga que ha informado mucho. Para mí, la falta de información es un hecho objetivo.

P. ¿Y qué van a hacer ahora?

R. El ministerio, la Generalitat y las universidades han asumido que debe haber más información. Estamos dispuestos a ello.

P. La UB tiene 20 millones de pérdidas o déficit previstos este año. ¿Es asumible? ¿Qué hará?

R. No lo es. Los últimos datos apuntan una cifra algo mejor: unos 15 o 16 millones de déficit este año, pero tenemos que esperar a la liquidación del ejercicio.

P. ¿Qué piensa hacer para reducir ese déficit?

R. Racionalizar el gasto y aumentar los ingresos privados y también los públicos, o sea, la subvención

P. ¿Cómo piensa aumentar los ingresos privados?

R. A través de la colaboración con el sector privado para que financien gastos de la universidad, tanto gastos corrientes como inversión. Puede haber, por ejemplo, una entidad que financie una cátedra. Hay universidades, como la de Nueva York, que es pública, que están ingresando un millón de dólares al día por la vía privada. Pero allí tienen una cultura del mecenazgo que aquí no tenemos. Las empresas han de entender que deben dar a la Universidad sin esperar recibir un servicio inmediato.

P. ¿Estímulos fiscales tampoco?

R. Estímulos fiscales, sí. Pero debemos convencer al Gobierno y a los partidos de que esos estímulos fiscales se den. El modelo norteamericano se debe tener en cuenta en este sentido. Y esto no tiene nada que ver con la privatización ni con la mercantilización de la Universidad.

P. Si las empresas pagan gastos, entrará dinero privado en la Universidad.

R. Las empresas pueden financiar, pero ¿quién va a administrar? A mí nadie me va a obligar ni a interferir en la gestión.

Dídac Ramírez en su despacho durante la entrevista.
Dídac Ramírez en su despacho durante la entrevista.MARCEL·LÍ SÀENZ

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