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Vilanova i la Geltrú tendrá una marina para yates de gran eslora

La crisis no frena el proyecto, que estará listo en abril

Corría el año 1999 cuando a Xiqui Mas, empresario naviero propietario de la empresa Varador 2000, se le ocurrió construir un muelle para yates de gran eslora cerca de Barcelona. Tras años perfilando la idea, Mas ultima en plena crisis la construcción de su proyecto, un puerto para grandes yates en Vilanova i la Geltrú (Garraf), a escasos 45 kilómetros de la capital catalana y a media hora del aeropuerto. "Es una ciudad muy bien comunicada, más tranquila que la capital, pero con todos los servicios y el espacio disponible para nuestro proyecto", alaba.

Pese a que debe cubrir los costes de la construcción de una obra de 33.000 metros cuadrados en pleno descenso de la actividad económica, el presidente de Vilanova Grand Marina está tranquilo. "La recesión nos ha afectado relativamente poco, aunque al fin y al cabo acaba llegando a todo el mundo", reflexiona.

Los pescadores ven con buenos ojos el proyecto si no afecta a su actividad
El Ayuntamiento limita la altura de los edificios y media entre las partes

Cree que su instalación es necesaria. Según datos de Vilanova Grand Marina, citando un informe publicado en febrero por la revista especializada The Yacht Record, en la última década la demanda de yates de gran eslora se ha multiplicado por cinco y actualmente hay en construcción 445 nuevas naves.

La seguridad del sector afianza la apuesta de las empresas que ponen su dinero en el proyecto. "Los participantes en la construcción han garantizado la inversión sin problemas", explica Ignacio Erroz, director general del complejo. La inversión total del proyecto asciende a unos 30 millones de euros. La constructora Copisa (62,5%), la empresa especializada en hormigón Hormipresa (22,5%) y Varador 2000 (15%) son los accionistas mayoritarios.

Vilanova Grand Marina será un muelle para 76 yates de entre 20 y 60 metros de eslora. El proyecto incluye una zona de varado para barcos, un complejo comercial para empresas del sector y una instalación para las exigencias mecánicas que requieren estas embarcaciones, desde pintar el navío hasta revisar cómo funcionan los sistemas y el motor.

La parte marina, donde se ubicarán los barcos, se inaugurará en abril de 2009; la zona industrial y de mantenimiento retrasará hasta finales de año su puesta en funcionamiento, puesto que el terreno donde se instalará será ganado al mar. "Vilanova Grand Marina será una instalación única, pensada para el usuario invernal y no como destino. El armador dejará aquí su barco y la tripulación, y nosotros cubriremos sus necesidades", explica Mas. El proyecto, además de asistencia técnica, incluye la satisfacción de los deseos de tan exclusivos clientes. "Desde las flores para cuando llegue el barco hasta una caja de champña", ilustra Mas. "Es un servicio de lujo", añade Erroz.

Pese a la situación internacional, Vilanova Grand Marina cumple, por el momento, sus previsiones de venta. El complejo ofrece, por un precio que oscila entre 270.000 euros (para barcos con una eslora de 20 metros) y 2,2 millones (60 metros), el 50% de su promoción. De ella ha vendido ya el 20%, siete amarres de los que sus dueños podrán disfrutar durante 30 años, cuando finaliza la concesión del espacio portuario a Vilanova Grand Marina. "Estamos cumpliendo las previsiones de venta, que suponían tener vendido el 20% antes de la inauguración. En cuatro años esperamos ceder los 36 amarres previstos", agrega Erroz.

La previsión final de ventas no se ha visto modificada por el retraso de las obras, que suman un año y medio de demora por las dificultades de gestión y los detalles del proyecto que se discutieron con el Ayuntamiento de Vilanova. Mas lamenta éste retraso: "Si hubiéramos inaugurado hace un año y medio, el ritmo de ventas habría sido superior".

"Las economías tienen subidas y bajadas", opina Josep Tomás Álvaro, segundo teniente de alcalde y edil de Desarrollo Local de Vilanova i la Geltrú. "Pero una actividad de estas características, que actúa de reclamo para un cliente internacional, se puede ver menos afectada", agrega.

Pese a que la gestión del puerto recae en la Generalitat, el Ayuntamiento de Vilanova quiere implicarse "hasta donde la normativa permita" en el desarrollo del muelle para superyates. "Debemos estar encima para que el proyecto final sea provechoso para la ciudad", señaló Álvaro.

El Consistorio, aparte de limitar la altura de los edificios destinados a pintar y reparar los navíos, ha ejercido de mediador entre pescadores, usuarios del puerto y los responsables de Vilanova Grand Marina. "Hemos buscado el consenso de todos los agentes", resume el edil vilanovés. La ubicación del muelle para grandes yates obligó a la reubicación de parte de los diques de pesca deportiva, de la que se encargaron los promotores del proyecto. Los pescadores ven con buenos ojos el proyecto si no afecta a su actividad. Los responsables del club náutico, por su parte, rehusaron expresar su opinión sobre un proyecto que afecta a parte de sus instalaciones.

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