Retrato de un grupo de rock
Juanma Bajo Ulloa dedica el primer largometraje documental que rueda a la historia de Distrito Catorce
El grupo Distrito Catorce nació en Zaragoza en 1982, con la voz de Mariano Casanova a su frente. 25 años más tarde, la banda de rock decidió poner punto final a una trayectoria con cambios de formación, giras internacionales, discos y colaboraciones con famosos. Muchos kilómetros de carretera, mucha dedicación a la música, pero poco éxito comercial. Para despedirse a lo grande de su público, organizaron un concierto en el auditorio de Zaragoza el pasado 9 de febrero. Allí estuvo, cámara al hombro, Juanma Bajo Ulloa tomando imágenes para Historia de un grupo de rock, documental sobre Distrito Catorce que ayer se presentó en Zinebi, el Festival Internacional de Cine Documental y Cortometraje de Bilbao.
Amigos comunes pusieron en contacto a Casanova y Bajo Ulloa. El director de Alas de mariposa y Airbag aceptó realizar el documental sin saber casi nada del grupo. Tampoco contaba con experiencia en el terreno del documental, más allá de haber realizado el making of de Tierra (Julio Medem, 1996). La grabación del concierto de despedida, con cámaras que intentaban pasar desapercibidas entre el público, los amigos y los músicos invitados, dio nuevo impulso al proyecto. El director descubrió que había mucho que contar y se puso a revisar las imágenes, vídeos y fotografías, acumuladas en las giras y las grabaciones.
El resultado es una película de hora y cuarto de duración que Bajo Ulloa define como "un documental romántico" en el que dedica un homenaje a los grupos de rock que luchan por abrirse paso en el mundo de la música. Es romántico, añadió, porque toma como hilo conductor a la pareja de Casanova. "Ingenuamente romántico", precisó, por la idea que tienen de la música: "Distrito Catorce no ha sido un grupo conocido porque las fórmulas musicales lo han impedido y aún así han seguido en la carretera, trabajando. Es un homenaje a los grupos con talento que no encajan en el sistema". Casanova, sentado ayer junto a Bajo Ulloa, asentía: "Y a pesar de eso, somos felices. Si tienes una vocación nada te impide seguir y vamos a seguir, aunque no sea como Distrito Catorce".
Para Bajo Ulloa no existen jerarquías entre las películas de ficción y los documentales. "Ni mejor ni peor. Son dos posibilidades distintas para un narrador de historias, un manipulador de emociones que es un director de cine", explicó. "En la ficción todo está determinado; hay un guión, unos diálogos, un trabajo previo que trata de que el actor se parezca lo más posible a lo que tiene el director en la cabeza. El documental es una improvisación".
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