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Un sabotaje causa la duodécima "incidencia ferroviaria" en un mes

Los trenes vuelven a tropezar. Cuando no es con el frío es con un sabotaje. El caso es que ayer se vivió la duodécima incidencia en menos de un mes con el resultado de alteraciones en el servicio de trenes. Lo que ocurrió ayer fue un sabotaje. Alguien no identificado abrió en Montcada la trampilla de un sistema de señales y lanzó a su interior un neumático ardiendo. El resultado fue que hubo que cortar el tráfico en la línea de Vic-Puigcerdà, desde primeras horas hasta media mañana. En los primeros momentos resultó difícil organizar el servicio de autocares, que empezó a funcionar pasadas las siete de la mañana, para llevar a los usuarios afectados hasta la estación de Granollers, donde pudieron enlazar con Barcelona. En total, los pasajeros afectados fueron unos 5.000. Adif puso una denuncia ante los Mossos d'Esquadra para localizar al autor o autores del sabotaje.

La línea de Vic se cayó, pero el amanecer llegó con otra línea, la del Maresme, también afectada por un problema en el sistema de electrificación entre Sant Adrià y Vilassar que se arrastraba desde la noche anterior y que originó, en ambos casos, retrasos con una media de 25 minutos y puntas de hora y media. Formalmente, se trata, sin embargo, de dos averías diferentes que se acumulan a las múltiples ocurridas durante este aciago mes de noviembre.

De las 12 registradas, dos corresponden a averías en material de Renfe y el resto son problemas de diversa índole en las infraestructuras de Adif que Renfe utiliza. No obstante, los usuarios siguen descargando su mal humor con quien les cobra el billete, que es Renfe, sea o no la responsable del problema.

Entre las averías extrañas registradas este mes se halla la debida al "frío" ocurrida en un raíl en L'Hospitalet el pasado 18 de noviembre. Casi en el mismo sitio se había producido otra avería similar, esta vez no atribuida al frío, el 29 de octubre.

El peor día fue el 2 de noviembre. Se registraron hasta cuatro incidencias. La primera, debida a las lluvias que cayeron al sur de Tarragona. Dos trenes regionales se quedaron varados cerca de Salou (Tarragonès). Ese mismo día se produjo una avería en el sistema de electrificación entre Vilanova y Sitges y un incendio en una subestación de la línea de Girona y una incidencia técnica en la línea del Talgo Barcelona-París.

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