Educación a la carta contra el fracaso

El IES Azahar de Sevilla podría ser hoy ese escenario docente dónde se representa a diario toda la grandeza y miserias de la enseñanza actual; con sus aciertos y fallos, por supuesto. Ubicado en la barriada de Los Príncipes, en la zona norte de la capital andaluza, acoge en sus aulas a 500 alumnos de extracción social media-baja y baja. "Tenemos un alumnado brillante, de sobresaliente -el año pasado aprobaron, de los 24 que se presentaron, el 100% la selectividad-, pero también chicos que no saben leer, que apenas escriben su nombre", explica Carmen Benárquez, la directora, que añade: "Esta diversidad obliga al claustro a un sobreesfuerzo continuo, para el que siempre nos falta tiempo y profesorado".

Los docentes se quejan de que el exceso de burocracia les roba tiempo

"La diversidad del alumnado obliga a un sobreesfuerzo continuo"

En general, los docentes se quejan del exceso de burocracia, de que les roba un tiempo valioso que dedicarían a enseñar; y, además, apuntan que los chicos tienen hoy demasiadas asignaturas que estudiar... "Sí, puede que esto choque, pero muchos profesores opinan que gran parte del fracaso escolar que tenemos en nuestro país se debe, quizá, a todas esas nuevas materias que se han ido incorporando al currículum docente; como trasversales si se quiere al principio, pero que luego terminan robándole tiempo y disposición al alumno para estudiar matemáticas, inglés, lengua... Esas asignaturas en las que todos los padres desean que sus hijos estén bien preparados", explica la directora.

Y puede que esto sea así. Porque hoy la familia, la sociedad, los responsables políticos en definitiva, cuando identifican un problema que no saben cómo abordar... recurren a la escuela. Si se disparan los accidentes de motos entre los jóvenes, que se imparta una asignatura de educación vial; si la alimentación no es la adecuada en las casas, que se expliquen hábitos saludable; si aumentan los embarazos no deseados, ¿por qué no un módulo de educación sexual? "Las asignaturas instrumentales apenas representan ya un 40% de toda la actividad de un instituto", puntualiza Juana Marcelo, orientadora en el Azahar.

Por eso, al escuchar la enumeración que hace Benárquez de todos los programas y especifidades docentes que ha puesto en marcha el instituto que dirige, la impresión que se tiene es que el Azahar imparte casi una enseñanza a la carta; todo con el fin de evitar el fracaso escolar. El Azahar es ya un centro TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación); asimismo, anuncia un programa bilingüe para el próximo año con el fin de apoyar a los alumnos mejores. También propone talleres de refuerzo para el alumnado más retrasado en matemáticas, inglés, lengua y ciencias sociales. Cuenta con talleres de radio y de coeducación y con un huerto o Casa ecológica, que no es otra cosa que una propuesta pedagógica más, eso sí, original, a la que se incorpora aquel alumnado con riesgo de abandono escolar "con el fin de ayudarles a que obtengan el título", resume la orientadora. El instituto trabaja con la escuela de padres y madres, o impulsa grupos flexibles en los que se reorganizan las clases, según el nivel académico del alumnado... Una de las últimas medidas tomadas por la dirección ha sido promover aulas con dos profesores para evitar incidentes en aquellas clases o grupos más conflictivos. Una experiencia que, según Manuel Berbé, el jefe de estudios, "esta dando unos resultados buenos ya que los incidentes prácticamente han disminuido". El IES Azahar cuenta hasta con una UCI (Unidad Curricular Integrada) a la que se convoca a aquel alumnado que necesitar un refuerzo específico que le ayude a proseguir en su formación.

Además, la directora comenta que, fuera del horario lectivo, el alumnado del Azahar desee tiene la posibilidad de recibir "ayudas externas". El Ayuntamiento colabora financiado dos tardes por semana a varios profesores para que ayuden a hacer los deberes a aquellos alumnos que lo deseen. Y la ONG Amigos de la Tierra imparte un taller de educación en valores mientras otro grupo de voluntarios trata de enseñarles a quienes acuden en ese tiempo extraescolar habilidades sociales.

Con todo, los 54 profesores del Azahar asumen que sólo así pueden darle respuesta adecuada, no sólo a la diversidad de alumnado que tienen, sino también a su heterogeneidad. En el Azahar estudian alumnos de una docena de países, y esto obliga aún más al profesorado a no bajar "la tensión pedagógica" en ningún momento. Según Juana Marcelo, cuando se está en la vorágine del día a día escolar, hablar de estadísticas o dar datos fríos para referirse al fracaso escolar, no sirve de nada... "Nosotros, aquí, tratamos de darle la respuesta más adecuada a cada alumno; intentamos, en definitiva, que nadie abandone antes de tiempo el instituto".