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Reportaje:Crisis mundial

Un agujero bancario sin fondo

Otras entidades de EE UU pueden necesitar ayudas como las de Citigroup

"Aleluya, estamos salvados", exclamaba ayer con cierta ironía un agente bursátil en Wall Street mientras veía cómo el Dow Jones, el índice de referencia de la plaza neoyorquina, se apuntaba un alza del 3,5% en el arranque de la sesión, en respuesta al plan de rescate de Citigroup. Pero en el parqué no se llaman a engaño, porque el caso de Citi es otra muestra de los serios problemas que afronta el sector financiero, y que tardarán en arreglarse y costará resolver.

Más decisiones como la de Citigroup podrían estar aún por venir, como anticipó el presidente de EE UU, George Bush, tras reunirse a primera hora de la mañana de ayer con el secretario del Tesoro, Henry Paulson. Bush aseguró que el rescate de Citigroup había sido necesario "para salvaguardar el sistema financiero" y para ayudar a la recuperación de la economía. "Y, si es necesario, volveremos a hacerlo en el futuro", informa Mónica C. Belaza.

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Y es que la intervención para salvar al sector financiero se expande con la rapidez de un fuego alimentado por el viento, y ningún gran banco está fuera del bosque. Y hasta que no se vea una estabilización clara del mercado inmobiliario, el sector financiero seguirá sufriendo mientras la economía se debilita. En esta espiral, ¿cuál sería el próximo banco en recibir el flotador público?

Las miradas se dirigen inevitablemente hacia Bank of America. El tercer banco por activos de Estados Unidos se acaba de hacer con los activos tóxicos acumulados en la cartera de la hipotecaria Countrywide y con el control del banco de inversión Merrill Lynch. JPMorgan Chase, el primero del sector por delante de Citigroup, tampoco se escapa tras la absorción de Bearn Stearns y de Washington Mutual. O Wells Fargo, tras hacerse con Wachovia.

El terremoto financiero está salpicando también a instituciones que se consideraban inmunes a la crisis, como Goldman Sachs, que al igual que Morgan Stanley tuvo que abandonar el estatus de banca de inversión para poder acceder a los fondos públicos. Los números no perdonan. Las 100 mayores firmas financieras del mundo acumulan pérdidas y provisiones por valor de 590.800 millones de dólares, la mitad en los balances de los bancos antes citados.

Los analistas de Ridgeworth Capital creen que el plan de rescate de Citigroup es un buen primer paso porque, como señalan desde Hardest Capital, aporta un poco de luz al largo túnel en el que está metido el sector financiero. Pero tienen problemas a la hora de evaluar los activos buenos y malos que tienen los bancos en sus balances, una falta de transparencia que les impide determinar la capacidad de estas firmas para recuperar la senda positiva.

El Tesoro y la Fed se están mostrando desde el inicio de la crisis muy flexibles a la hora de manejar los instrumentos que tienen a su disposición para salir en ayuda de los bancos en dificultad, cambiando de táctica y con soluciones diferentes. Lo que es bueno para Citigroup no tiene por qué funcionar en otro banco. Pero en Wall Street creen que al final se dará con una fórmula más consistente para afrontar los problemas del sector.

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