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Reportaje:

De tapa a tapa y tiro... otra caña

44 locales del centro ofrecen un tentempié y una cerveza por 2 euros

Dicen que el doctor del rey Alfonso X el Sabio le recomendó tomar sorbos de vino entre horas. Para evitar los efectos del alcohol, el monarca lo acompañaba de pequeños bocados. Y que se aficionó tanto a la prescripción médica que lo convirtió en norma para todos los mesones de Castilla. Pero tapear en Madrid está perdiendo fuelle. "No es la crisis, hace años que casi nadie sirve una buena tapa gratis con la cerveza", asegura Sara Cortés, de 31 años.

Para recuperar la práctica, desde ayer y hasta mañana, 44 locales del centro ofrecerán una tapa junto a una caña de cerveza (www.tapaspormadrid.es). La ruta, De tapas por Madrid Centro, organizada por la Viña (Asociación Empresarial de Hostelería de la Comunidad de Madrid), el Ayuntamiento y la empresa Cruzcampo, es perfecta para capear la crisis. Sale por dos euros. El recorrido, estructurado por barrios, se puede hacer a pie mapa en mano (disponible en la página web).

- Entre Sol y Sevilla. En la cuesta de San Jerónimo, tan castiza como el bar Lhardy (número 8). Camareros con pajarita, delicatessens y un gran salón: el isabelino. "Están muy ricos los higaditos de pollo al jerez sobre una barqueta de pasta salada", dice Juan Carlos Macasoli, responsable de la cervecera. Enfrente queda La Taurina (carrera de San Jerónimo, 5). Uno de sus dueños, Juan Carlos Rosino, de 44 años, explica por qué ha emparejado la cerveza con la tapita de bacalao sobre patata: "Es nuestra forma de diferenciarnos". A tiro de piedra, La Casa del Abuelo (Victoria, 12). "Las gambas a la gabardina siempre triunfan", asegura la camarera.

- Lavapiés. En la calle de Argumosa, espina dorsal del barrio, se encuentran La Casa de las Tostas (número 31) y La Buga del Lobo (11). En el primero, la madrileña Mercedes Riera degusta una tosta de pisto con huevo. El segundo se ha sumado a la propuesta con una brochetita mestiza, que mezcla langostino y yuca.

- La Latina. La Cava Baja y la Cava Alta, el templo del tapeo. La Camarilla (Cava Baja, 21) ha reinventado la tortilla de patatas para esta ruta: con crujiente de ibérico, cebolla y zanahoria confitada. La taberna de Conspiradores (Cava Baja, 7) viste el queso con mermelada y tasajo.

- Camino a Malasaña. En una perpendicular a la calle de Fuencarral está La Ardosa (Colón, 13), célebre por sus cervezas. "Ya no piden latas de conserva, se prefiere el pincho elaborado", dice Ángel Monge, de 46 años y su propietario, que invita a acompañar la caña con una ración de salmorejo.

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