Dos detenidos en Lleida tras una persecución a tiros

La última fechoría de una banda que en las últimas semanas tuvo en vilo a propietarios de gasolineras, quioscos y bares de Lleida pudo acabar en tragedia. El coche en el que los delincuentes huían de los Mossos d'Esquadra estuvo a punto de arrollar a varios peatones y acabó estrellado contra otro que estaba parado en un semáforo del puente viejo de Lleida. La persecución terminó con cuatro heridos y dos de los tres atracadores detenidos.

Fue como una película. La temeraria carrera de los fugitivos comenzó tras cometer un atraco en Puigverd de Lleida (Segrià): tres encapuchados entraron en un bar poco antes de las diez de la noche y, tras amenazar a la camarera y a los clientes con una escopeta y un cuchillo, se hicieron con 2.000 euros de la caja, las máquinas de tabaco y las tragaperras.

Uno de los clientes pudo ver la matrícula del coche, un Ford robado, en el que huyeron los delincuentes. La policía autonómica, que tenía un dispositivo desplegado a raíz de los últimos atracos, los interceptó a la entrada de Lleida. Se inició una persecución por las calles de la ciudad en la que participaron varias dotaciones policiales y, según algunos testigos, hubo al menos cuatro tiros. El coche de los atracadores circuló a gran velocidad por una de las pasarelas peatonales sobre el Segre y cuando intentó acceder al puente viejo contra dirección embistió a un vehículo parado en un semáforo. Este coche volcó y sus cuatro ocupantes resultaron heridos leves.

Los Mossos detuvieron a uno de los atracadores dentro del coche y a otro dentro del río; el tercero huyó a pie y está identificado. Los detenidos son Luis y Antonio C. M., de 30 y 29 años, hermanos, vecinos de Lleida y miembros del clan Carbonell, con amplio historial delictivo.