Servidumbres conyugales
Narrativa. El norteamericano Wallace Stegner (Iowa, 1909-Nuevo México, 1993), novelista, historiador y ensayista, recibió prestigiosos premios (y rechazó alguno), fundó una escuela de escritura creativa en Stanford (a la que asistió Raymond Carver) y es autor de unos treinta libros. En 1964, Plaza & Janés publicó Una estrella fugaz, que hizo honor a su título, y hasta la publicación, ahora, de En lugar seguro (al parecer, Libros del Asteroide publicará dos novelas más) era un desconocido en España. La edición viene precedida de un prólogo de Menéndez Salmón que declara que Stegner es "un escritor formidable" y En lugar seguro "un libro en verdad extraordinario". Estamos de acuerdo, si prescindimos de cierta morosidad descriptiva en la que se complace el narrador, tolerable, no obstante, al tratarse de un escritor que, con el propósito de indagar la melancolía que produce la lealtad amistosa y las servidumbres del matrimonio, examina también su propia vocación. A la manera de Chéjov, Stegner prescinde de cualquier énfasis. Hacia el ecuador de la novela, el narrador confiesa: "Ésta no es una historia de aventuras, y al estar escrita después de los hechos no genera mucha intriga. Es obvio que todos sobrevivimos. No hubo heroicidades. Todo el mundo se comportó bien". Se refiere a una accidentada travesía en barco bajo una súbita tormenta, uno de los pocos momentos en que la acción se sobrepone a la reflexión. La tripulación la componen dos matrimonios, los Morgan y los Lang, que mantendrán una amistosa lealtad que se prolongará más de treinta años. Larry Morgan es el cronista de ese vínculo. Al inicio de la novela, en agosto de 1972, con 64 años, Larry rememora los pormenores de esa relación ante la muerte inminente de Charity Lang. Y su memoria se remonta a 1938, cuando eran "jóvenes y serios", las dos mujeres estaban embarazadas y ellos empezaban a abrirse paso en el mundo académico. Lo que sigue despliega una sutilísima e íntima introspección, transcrita con una inusitada serenidad, que revela que el empeño de felicidad, en el matrimonio, es obra del sometimiento a la persona amada. Pero no por ello una frustración vital. Aquí no se habla del amor, sino de la responsabilidad del vínculo afectivo. Un anacronismo, para los tiempos actuales, que el narrador resuelve con esta reconvención general: "Vivimos como podemos, hacemos lo que debemos hacer, y no todo se rige por parámetros freudianos o victorianos". -
En lugar seguro
Wallace Stegnonzález Corugedo
Prólogo de Ricardo Menéndez Salmón
Libros del Asteroide. Barcelona, 2008
382 páginas. 21,95 euros
El lloc segur. Traducción de Dolors Udina
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