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La pobreza se afianzó en Cataluña pese a la década de crecimiento económico

La década de bonanza económica aportó poco al bolsillo de los más necesitados en Cataluña. El año 1994 arrancó con cerca del 12% de catalanes sumidos en la escasez y allí seguían en 2007, tras más de una década de sostenido crecimiento económico y de creación de empleo. Así lo revela el informe FOESSA sobre exclusión social en España que Cáritas presentó en octubre y ayer expuso en Barcelona centrado en Cataluña.

Unos 870.000 catalanes (el 12,1% de la población) pasaron el año pasado con 574 euros al mes como máximo. "Soy un optimista decepcionado", manifestó Jordi Roglà, director de Cáritas de Barcelona, tras comprobar que la creación de riqueza sólo ha fomentado las desigualdades.

El estudio detectó en Cataluña los mismos males que en el conjunto de España -véase EL PAÍS del 29 de octubre- pero con particularidades poco prometedoras. La polarización social aumentó más en Cataluña que en el resto del país: acumula el 7% de excluidos por el 5% registrado en España. Los ricos también aumentaron dos puntos más que en el conjunto español. Los inmigrantes residentes en Cataluña son de los más asfixiados del territorio: se integran menos socialmente y el porcentaje de parados es el 10% superior en Cataluña. Por último, el mercado laboral catalán se ha asentado en un modelo de precariedad que se nutre del fracaso escolar: en Cataluña roza ya el 30%, 10 puntos más que comunidades como el País Vasco y Navarra, lo que genera cada vez más mano de obra poco cualificada.

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